Saltar al contenido

La fertilidad importa aunque no quieras ser madre

La fertilidad importa aunque no quieras ser madre

 

4 de junio, Día Mundial del Cuidado de la Fertilidad 

La fertilidad es la capacidad de poder reproducirnos. Para lograrlo se requiere que el hombre y la mujer tengan una serie de factores que incluyen salud física y mental, pero de las que pocas veces se habla. Hay muchas formas de prevenir la infertilidad por lo que si aún no estás segura de reproducirte, seguir estos pasos te ayudará a tener la posibilidad abierta.

Tus ciclos menstruales no deben alterar tu calidad de vida. Sangrar mucho (o sea que lo percibas como abundante), tener dolor (sobre todo si dejas de hacer actividades), tener cambios severos de humor y que pasen más de 35 días en lo que llegue el periodo son síntomas que requieren revisión.

Si tienes endometriosis (una enfermedad inflamatoria donde hay un tejido similar al endometrio fuera de la cavidad del útero) y la tratas oportunamente, la calidad de los óvulos no se va a afectar, no vas a tener adherencias que impidan que los óvulos circulen. Si tienes miomas, hay que revisar que no crezcan al grado de dificultar un embarazo.

Si tienes síndrome de ovario poliquístico, hay que cambiar el estilo de vida y valorar qué medicamentos requieres para ovular regularmente. De la misma forma, tener un flujo diferente puede ayudar a detectar alguna infección que puede generar una enfermedad pélvica infecciosa y que en el peor de los casos necesita cirugía.

Es verdad que los óvulos con los que nacemos van perdiéndose mes con mes. Ir contra el tiempo es imposible. Congelar los óvulos es la única forma costosa, pero efectiva de tener óvulos de mejor calidad, aunque recordemos que el proceso para hacerlo no es fácil (por lo que sientes al inyectarte hormonas) y que no garantiza que pueda ser fecundado o implantado cuando lo quieras hacer.

Recuerda, además, que el tema de la maternidad no sólo implica óvulos, sino el cuerpo físico que lo gesta junto con la energía y las emociones asociadas. Por ejemplo, a los 42 años puedes embarazarte con los óvulos que congelaste a los 32 años, pero ese bebé crecerá en un cuerpo materno que por la edad ya tiene más riesgo de enfermedades cardiovasculares, infartos o cáncer.

Tener en cuenta estos factores es importante a la hora de pensar en el tema de la reproducción. ¿Qué puedes hacer aquí y ahora? Dejar de usar productos de gestión menstrual como toallas desechables o tampones dada la exposición a disruptores endocrinos asociados a alteraciones en fertilidad. Comer adecuadamente, hacer ejercicio, disminuir la ingesta de alcohol y estupefacientes y anualmente ir con la ginecóloga para ver el conteo de óvulos y valorar tu salud ginecológica.

Comenta, comparte, conecta