Luego de que la administración de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, invitara al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a la toma de protesta del próximo 1 de octubre, Ucrania le pidió a las autoridades mexicanas que arrestaran al presidente ruso. Pero México puede decidir si lo detiene o no, ¿por qué?
Un poco de contexto para entender…
México es uno de los 124 países que forman parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, la cual giró una orden de detención (en 2023) en contra del presidente de Rusia, Vladimir Putin, por ser "presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal" de niños de los territorios ocupados de Ucrania a Rusia.
¿Y qué es el Estatuto de Roma? Es el instrumento que utiliza la Corte Penal Internacional para castigar crímenes graves internacionales como el genocidio, crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Y México lo firmó en el año 2000 y lo ratificó en 2005.
¿Eso qué significa? Que México debería estar obligado a detener a Vladimir Putin si viene a la toma de protesta de Sheinbaum. Sin embargo, cuando se reformó la Constitución Mexicana para reconocer el Estatuto de Roma, quedaron obstáculos.
En el artículo 21 de nuestra Constitución se lee que “el Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso, reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional”. Eso quiere decir que, “la aplicación de esta herramienta de justicia contra crímenes de lesa humanidad queda, en México, en manos de quien esté en la presidencia del país, y de los senadores”.
Y pues Andrés Manuel López Obrador ya dijo que si viene Putin a México no lo detendrá: “Nosotros no podemos hacer eso, no nos corresponde. Nosotros estamos en contra de la guerra. Estamos a favor de la paz. Y lo que hemos propuesto en el caso de la guerra de Rusia y Ucrania es acuerdos, que haya una intermediación”.
Resulta que “por protocolo, se envían invitaciones a todos los Estados con los que se tienen relaciones diplomáticas. ¿Por qué? para no tener que decidir caso por caso ya que el mundo tiene muchos líderes sátrapas”, señaló la internacionalista y académica del ITAM Natalia Saltalamacchia a través de la red social X.
La internacionalista también aclaró que Putin no es un invitado especial, ni Volodímir Zelenski (jefe de Estado de Ucrania), ni Benjamín Netanyahu (primer ministro israelí acusado de genocidio contra los palestinos en Gaza), también invitados.
“Las invitaciones a las ceremonias de toma de posesión con quienes tenemos relaciones diplomáticas no se utilizan como señales de amistad o enemistad, acuerdo o desacuerdo político”, agregó Natalia Saltalamacchia. Pero se esperaría que no vinieran.