Columnas

Sr. Presidente, hablemos del éxodo de Chiapas a Guatemala

Escrito por Shelma Cerrillo Jara | 08 agosto 2024

 

La crisis de inseguridad está expulsando a la población

"Nos metimos debajo de la cama, tirados al piso. Y empezaron a disparar y se escuchaba que las balas pasaban arriba de nosotros. Ya que se tranquilizó tantito, nos salimos. No trajimos ni ropa ni chanclas ni nada", explicó a las autoridades de Guatemala una mujer de Chiapas, México, quien huyó de su territorio con su esposo y una hija pequeña.

Sr. Presidente, esa es la realidad de cientos de mujeres, hombres, jóvenes, niñas y niños que han tenido que abandonar su hogar chiapaneco, para migrar hacia Guatemala, a pesar de ser un país donde sus habitantes también huyen por falta de oportunidades económicas, por violencia, o por motivos familiares.

Usted critica que se hable de que “hay un éxodo de mexicanos a Guatemala”, y señala que no hay nada de eso, que solo se trata de una confrontación de dos grupos (criminales), y que “ya se está atendiendo”. Pero entonces cómo llamamos a las cientas de familias que están cargando hasta con la cabra en sus camionetas para intentar resguardarse de la violencia en otro país.

Ustedes, las autoridades, reconocen alrededor de 300 familias desplazadas recientemente hacia Guatemala. Pero van más de 10 mil personas desplazadas forzosamente del estado de Chiapas desde junio de 2021 hasta la fecha, según un informe de distintas organizaciones de la sociedad civil. ¿Acaso no se trata de la migración de un pueblo o de una muchedumbre?

¿Por qué huyen de Chiapas a Guatemala?

La respuesta la conoce muy bien su administración. Apenas el pasado 2 de agosto, la canciller Alicia Bárcena reconoció que la gente estaba dejando atrás su hogar por “los constantes enfrentamientos que hay entre dos bandas criminales aparentemente” y porque “las familias están preocupadas porque están reclutando jóvenes, sobre todo hombres”.

Que no se trate de reconocer el problema del narcotráfico en la entidad un día y al otro ya no. Porque desde el año 2021, la gente tiene pavor de vivir entre las balas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, el cual solía dominar los municipios fronterizos del sur de Chiapas.

Y es que la misma Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) tiene documentos internos en los que reconoce que el CJNG ha disputado el poder de su rival con el objetivo de obtener el control sobre las rutas de tráfico de migrantes, drogas y armas, en la frontera sur de Chiapas, reportó la organización Insight Crime.

La población chiapaneca también está cansada de vivir con extorsiones si son comerciantes o productoras de café. En diciembre de 2023, el medio local Diario del Sur reportó que al menos 30 % de los productores de café en la Sierra de Chiapas habían abandonado sus cultivos como resultado del cobro de piso.

Insight Crime reconoce tres factores de la guerra entre carteles en Chiapas: Rutas de tráfico de migrantes que conectan Centroamérica con Estados Unidos y México; el control de otras economías ilícitas como el secuestro, el despojo de propiedades a la población local y la extorsión; y el interés por influir en la política (durante las campañas electorales de este año asesinaron a al menos cinco personas aspirantes a algún cargo).

Sí, a las chiapanecas y chiapanecos se les ha ofrecido un refugio, pero en Tapachula, Chiapas, y la gente no quiere alejarse de sus comunidades porque no quieren perder sus propiedades ni sus animales. Lo único que piden es poder vivir en paz y con seguridad en donde han trabajado su tierra y construido su vida.