Estoy segura de que todas nos acordamos del lugar en el que nos encontrábamos y de lo que hacíamos cuando la tierra se sacudió el 19 de septiembre de 2017 a las 13:14 horas. Muchas entramos en shock al enterarnos de que varios edificios se habían derrumbado. Al final se registraron 228 personas fallecidas en la Ciudad de México, 61% de ellas eran mujeres.
Sobre decir que todas las vidas son importantes, sin importar la edad o el género de las víctimas, pero desde entonces hubo quienes se preguntaron ¿por qué murieron más mujeres que hombres en la capital? Alejandra Donají y Patricio Solís, de la revista Nexos, analizaron el contexto y descubrieron que no fue cosa tan del azar.
En un artículo publicado casi al mes del sismo de 7.1, con epicentro en Puebla, el y la autora señalan que se debió a la división del trabajo por género, tipo de edificios colapsados y la hora en que ocurrió el terremoto. Vale la pena traerlo al presente porque nos recuerda las desigualdades entre hombres y mujeres en las que seguimos viviendo.
Resulta que 70 % de los edificios que colapsaron en la CDMX eran habitacionales y 9 % eran de uso mixto; es decir, que incluían viviendas. Casi la mitad de las personas que perdieron la vida (49.6 %) se encontraban en esos edificios.
¿Y quiénes suelen permanecer más tiempo en casa por dedicarse solo a los quehaceres domésticos y de cuidado? Las mujeres.
Los datos del Inegi, analizados por Donají y Solís, arrojan que los hombres suelen salir más a trabajar, que las mujeres, y que hay más mujeres que se dedican solo al trabajo no remunerado (y permanecen en casa), que hombres: 43 % de los hombres en la CDMX se dedicaban sólo al trabajo remunerado contra 10 % de las mujeres. Y 43 % de las mujeres capitalinas se dedicaban sólo al trabajo no remunerado, contra 8 % de los hombres.
El dato que comprueba lo anterior es el único edificio de oficinas colapsado (Álvaro Obregón 286), donde la mayoría de las personas que fallecieron eran hombres (60 %).
Además, en Bolivar 168 (con talleres de manufactura textil y costura) y en el Colegio Rébsamen se registraron más adultas fallecidas, pues los puestos de ese tipo de negocios suelen ser más ocupados por mujeres que por hombres, respondiendo al estereotipo del género femenino.
Acá también entran las trabajadoras domésticas, de quienes aún no hay datos oficiales que confirmen cuántas de ellas perdieron la vida mientras trabajaban cuando sucedió el sismo. Muchas de ellas mujeres pobres provenientes de zonas rurales indígenas de Hidalgo, Querétaro y el Estado de México. Lo único que se calcula es que estarían laborando alrededor de 250 mil trabajadoras del hogar en la capital, según cifras de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo.
Contemplando las variables anteriores, si el sismo hubiera ocurrido más tarde, en un horario con más probabilidad de que más gente se encontrara en casa, seguramente se estaría hablando de más personas fallecidas y de una balanza entre géneros.
En el artículo de Nexos también se señala que el mayor número de mujeres fallecidas también se pudo ver influenciado por el 58 % de las mujeres con 65 años o más y que muchas de ellas suelen tener dificultades para moverse.
*De 228 personas fallecidas, 61% (138) eran mujeres de las cuales, 122 eran adultas y 16 niñas. El 39 % restante de las fallecidas eran 90 hombres de los cuales, 72 eran adultos y 18 niños, según la Evaluación interna 2023, ejercicio 2022 del Programa especial de apoyo a personas que perdieron a algún familiar en el sismo, realizada por el gobierno de la CDMX.