Para nadie es sorpresa que el acceso a la salud es un privilegio en nuestro país, y que las desigualdades que enfrentamos para detectar el cáncer de mama son un factor que influye en la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad. Y no lo digo yo, sino la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se estima que entre más alto es el Índice de Desarrollo Humano (IDH, que mide ingreso per cápita, educación y esperanza de vida) de un país, hay más probabilidad de detectar el cáncer de mama, y por lo tanto más probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad; caso contrario en países con un bajo IDH.
Por ejemplo, “en países con un IDH muy alto se diagnosticará cáncer de mama a una de cada 12 mujeres en el curso de su vida, y una de cada 71 mujeres morirá por esa enfermedad. Mientras que en países con un bajo IDH se diagnostica cáncer de mama a una de cada 27 mujeres en el curso de su vida, y una de cada 48 morirá”.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México se encuentra en el lugar 77 entre los 193 países medidos, calificado entre el grupo de países con un IDH alto. Pero no todas nuestras entidades federativas pueden presumir de ello.
Chiapas tiene el IDH más bajo y la tasa de defunciones de mujeres por cáncer de mama más baja del territorio mexicano. En contraste, la Ciudad de México registra la mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama entre las 32 entidades, y al mismo tiempo el mayor IDH del país.
¿O sea que las mujeres chiapanecas se enferman menos de cáncer de mama? No necesariamente. Considerando que su IDH es muy bajo, lo más probable es que se estén diagnosticando en menor proporción y en consecuencia, registrando menos defunciones por esa causa.
¿No sienten que la naturaleza se ensaña con nosotras? Hay muchas causas que podrían provocarnos una enfermedad, ¿por qué el principal factor de riesgo para padecer cáncer de mama es ser mujer y hacerse mayor? Digo, que los hombres no tengan senos como nosotras no los exime de la enfermedad (les afecta entre 0.5 % y 1 % de los casos).
En fin, tampoco es que quiera que los hombres se enfermen más que una, simplemente me parece extraño que antes que las mutaciones genéticas, consumir alcohol, antecedentes familiares, tratamientos con radioterapia, entre otros factores, esté primero el ser mujer y envejecer.
Cuando somos jóvenes no prestamos mucha atención a enfermedades que suelen padecer con mayor frecuencia las personas adultas. Y creo que inconscientemente pensamos “a mí no me va a pasar”, como si evadir mentalmente la posibilidad impidiera padecerla. Pero no; aunque la estadística es baja, existe…
En 2022, 2.7 % de las mujeres que fallecieron por cáncer de mama tenían entre 20 y 34 años; 21 % entre 35 y 49 años; 25 % entre 50 y 59 años de edad; y 51 % de esas mujeres tenían 60 años o más.
No esperemos ver o detectar alguna anomalía palpable, pues la mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma cuando el cáncer está en fase temprana, justo cuando hay más probabilidades de tratarlo con éxito.
La Dra. Yoalli Palma, ginecobstetra y columnista en Emma, sugiere realizarse un ultrasonido si tienes menos de 40 años o mastografía si tienes más.