“Estar con él me hacía sentir especial, vista, por el personaje al que todos a mi alrededor admiraban. En lugar de irse con una mujer despampanante me había mirado a mí”, contó la cantante, actriz y compositora mexicana Sasha Sokol al periódico El País, en mayo de 2023.
Sasha era una adolescente de 14 años cuando fue manipulada por su entonces productor Luis de Llano cuando él tenía 39 años de edad. Tuvieron una relación de casi cuatro años mientras ella formaba parte del famoso grupo infantil Timbiriche. En los años 80, eso era un delito que se tipificaba como estupro; sin embargo, Sasha era muy pequeña para entender que lo que Luis hacía con ella no estaba bien y que se podía castigar ante la ley.
Sasha logró (con trabajo terapéutico) denunciar públicamente el abuso sexual que sufrió por parte de Luis de Llano, y tomó acciones legales solo por daño moral porque ya había prescrito el delito penal (o sea que pasó el tiempo especificado por la ley), tanto para denunciar como para sancionar.
Con ello consiguió que al señor se le condenara a emitir una disculpa pública, tomar un curso especializado en prevención de conductas de abuso sexual, no volver a mencionarla en ningún tipo de medio de comunicación y reparar el daño causado. Pero eso no sucedió porque él apeló.
Luego de varias apelaciones y un juicio de amparo directo, la cantante le pidió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que atrajera el caso, y la Suprema aceptó. ¿De qué depende que el Tribunal Supremo atraiga un caso? “De que los casos sean relevantes o que marquen un análisis trascendental”, me dijo en entrevista Leslie Jiménez, abogada y coordinadora de proyectos en la organización Impunidad Cero. Y este lo es.
“Lo que va a conocer la Suprema Corte en el caso de Sasha no es la prescripción del delito sino la prescripción del reconocimiento de la violencia que vivió en materia civil”, mencionó la abogada.
Es decir, que a pesar de que la cantante haya denunciado a De Llano muchos años después, “se reconozca la afectación a su nombre, a su imagen, a su desarrollo psicosexual y a su desarrollo en un ambiente libre de violencia”. A su vez se generaría un parámetro más amplio de lo que es la reparación del daño.
“Visibilizar casos de violencia y reconocer la vulnerabilidad para la denuncia. Se piensa en materia penal como única herramienta para reparar el daño, pero no es la única vía. Además se puede reconocer la violencia y el delito en sí mismo en un concepto de reparación de daño moral, y que hay derecho a la verdad que deben detener las víctimas a pesar del tiempo”, según Leslie Jiménez.
En 2023 se aprobó que los delitos sexuales a menores de edad sean imprescriptibles en México; sin embargo, “es inaplicable considerando que son delitos que se cometen en el espacio privado”, y a cada entidad le corresponde sancionarlo; aquí es donde se encuentra una gran variabilidad que no siempre favorece a las víctimas.