El concepto de la manifestación últimamente ha ganado popularidad, sobre todo en las redes sociales. Pero, ¿realmente tiene un impacto en nuestras vidas? Para entender si de verdad sirve manifestar, primero es necesario explorar su origen y su verdadero significado.
La idea de manifestar tiene raíces profundas en las filosofías orientales y en la ley de la atracción, una teoría que afirma que nuestros pensamientos y emociones pueden influir en la realidad que nos rodea. Desde hace tiempo, muchas culturas han creído que la mente tiene un poder especial para crear y atraer experiencias. Este principio, adaptado y modernizado, es lo que hoy conocemos como "manifestar".
Shakti Gawain una famosa autora y maestra espiritual, explica en varios de sus libros un concepto muy interesante que se llama "visualización creativa" y esta idea busca utilizar la imaginación consciente para generar cambios positivos en la vida. Esto implica detenernos a reflexionar y a definir con mucha precisión lo que verdaderamente deseamos.
Manifestar también tiene un componente emocional muy poderoso. Al imaginar que tenemos lo que deseamos, generamos vibraciones positivas, que pueden fácilmente traducirse en una mejor actitud y proactividad. Entonces, realmente estamos creando un entorno favorable, tanto interno como externo, para favorecer que lo que queremos, se cumpla.
¿Por dónde se empieza? Lo primero es definir tus sueños y metas. Escríbelas en una libreta que tengas destinada sólo para eso, de la forma más detallada y específica posible; explica cómo te sientes y hasta en qué plazo lo quieres lograr. Y lo más importante: acompaña esta visualización con acciones que tengan coherencia con tus deseos.
Entonces, ¿sí funciona o no? Genuinamente creo que sí, porque en esencia se trata de un ejercicio de enfoque mental y emocional. Pero OJO, no es lo mismo que magia y tampoco se trata de desear algo con todas tus fuerzas y esperar que suceda solito. Creo que de verdad funciona cuando alineamos nuestros pensamientos, emociones y acciones hacia un objetivo específico. Y para eso es necesario tener claridad de propósito, pero también mucha constancia.
Me gusta pensar que manifestar es un acto de fe en el que ponemos nuestros deseos más profundos con la plena conciencia de que necesitamos movernos para que se hagan realidad. Sin olvidar que, al final del día, cliché o no, somos las arquitectas de nuestra propia realidad