La primera vez que dejé la casa en la que me crié ya pasaba los 30. El “pretexto” para no hacerlo antes fue que mi salario no era suficiente para vivir completamente sola. Me rehusaba a compartir un espacio y a rentar. Soñaba con una casa donde pudiera invitar a mis amistades y familiares el día que se me pegara en gana. Un día no me quedó de otra.
La pandemia me sacó de una casa habitada por 10 personas. ¡Me sentía en Jumanji! Resignada, acepté la oferta de una amiga para rentarle un cuarto en la CDMX. Por esos días abundaban los carteles de “Se renta”, en muchas de las colonias y el promedio de alquiler de un depa estaba en 13,300 pesos al mes. ¿Te suena alto? Hoy está peor.
Las personas que residen en la capital pagan, en promedio, poco más de 17,800 pesos mensuales por un apartamento de dos recámaras, de acuerdo con un reporte de abril 2024 de la plataforma Inmuebles24. ¿Qué nos queda? Roomear o ser parte de uno de los 20 mil hogares expulsados anualmente de la capital por falta de una opción de vivienda asequible.
Obviamente acá se entrelazan otras problemáticas porque vivir en la periferia y trabajar en la capital mexicana tiene otras implicaciones. Aumenta el número de viajes que se realizan hacia y desde la CDMX, aumenta el costo de transporte y reduce la calidad de vida, entre otros conflictos.
Por eso es que, quienes rentamos, nos emocionamos con los titulares sobre el tope de rentas aprobado por el Congreso de la CDMX; sin embargo, parece que no provocará cambios sustanciales.
Para empezar, ya existía el tope de 10 % de incremento anual para las personas que ofrecen vivienda en renta en la ciudad, aunque esta permitía que en ocasiones se superara el porcentaje de la inflación.
Lo que se aprobó el pasado 22 de agosto fue que el aumento de la renta de viviendas de la CDMX nunca sea mayor a la inflación, pero para que eso se cumpla hacen falta mecanismos que hoy no existen y que no parece que quieran garantizar.
“Ni siquiera queda claro que autoridad va a estar encargada del registro, es decir, cómo se va a garantizar que la gente vaya y se registre porque, así como está la iniciativa si alguien no registra en el arrendamiento, no va a pasar legalmente absolutamente nada”, de acuerdo con Carla Escoffié, docente de la facultad de Derecho en Monterrey, entrevistada en MVS Noticias.
Y es que inicialmente, las personas dueñas de una vivienda en renta no estarán obligadas a realizar su registro digital, es voluntario. Aunado a que no todas las personas cuentan con un contrato de arrendamiento por escrito que les ayude a reclamar alguna irregularidad.
Osea que las rentas seguirán siendo altas, la gentrificación continuará siendo un problema y la población seguirá siendo expulsada de la CDMX mientras las autoridades gubernamentales no garanticen, para empezar, los mecanismos necesarios para aplicar la iniciativa recién aprobada.