Por: Maynné Cortés Escobedo/Laboratorio Afectivo
Estamos una vez más en medio de una ola de amor y es justo en este momento donde muchas personas vuelven a hacerse preguntas sobre su situación: ¿Cuáles son los amores que quiero celebrar? ¿Qué tan feliz soy? ¿Qué me duele no tener o qué me duele haber perdido?
Y aunque es una buena idea usar cualquier pretexto para celebrar los amores que nos rodean, también me gusta pensar que esta época es idónea para reflexionar sobre la relación que tenemos con nosotras mismas, porque ese también es uno de muchos otros amores.
Esta vez me di una pausa para pensar en la persona que fui hace un año. En ese momento estaba pasando por una crisis laboral complicada, tenía dudas respecto a cómo llevar ciertos procesos emocionales que me estaban costando trabajo y me sentía en un burn out total porque el 2022 me dejó hecha papilla.
Un año suena poco, pero en ese tiempo pueden cambiar muchas cosas. Y aunque siempre nos topamos con experiencias que cambian el curso de lo que estaba inicialmente planeado, la verdad es que todos los esfuerzos que hacemos por cuidarnos y construir lo que queremos son algo invaluable que a través del tiempo nos ayudan a convertirnos en versiones cada vez más cercanas a lo que queremos ser.
Y hay momentos en que es más fácil querernos mucho y celebrar lo que somos, cuando las cosas van de acuerdo al plan fluye mejor la aceptación, ¿pero qué pasa cuando todo va saliendo mal, cuando nos sentimos solas, cuando no tenemos idea de qué estamos haciendo con nuestras vidas?
En este momento particular estoy en paz con lo que soy y la forma en la que mi vida está construida. Me siento orgullosa y contenta, pero justo por eso es importante para mí también aprovechar el mes del amor para recordar a esa persona que fui hace un año y que no se sentía ni de cerca en un lugar tan estable o en paz.
Lo que movió a esa persona y me dio la base de tantas cosas que hoy he construido y agradezco es la valentía y el cariño que esa versión de mí tuvo por ella misma y por las cosas lindas que se atrevió a imaginar. En la confusión no dejó de buscar espacios para la risa y el placer, no dejó de construir con su comunidad ni de seguir aprendiendo las cosas que le interesaban.
Sostenerme, en los momentos fáciles y en los difíciles, siempre ha sido un acto de amor, pero también de mucha paciencia para entender que los cambios que queremos construir toman tiempo, de mucha curiosidad para ver hacia afuera y ser capaz de imaginarme una vida mucho más apegada a lo que quiero y de gran flexibilidad para entender que las cosas no siempre van a salir como yo quiero y eso en muchos casos no es algo malo.
Por eso hoy, espero que ustedes puedan celebrarse, en el lugar en el que estén, con las circunstancias que tengan. Y abrazarse mucho, sabiendo que el cuidado que nos damos no debería estar condicionado a los buenos momentos y que un apapacho autocompasivo siempre es medicina.
Maynné Cortés Escobedo es psicóloga y guionista egresada en psicología por la Ibero. Fundó Laboratorio afectivo, un proyecto de educación emocional que busca guiar y acompañar a las personas en sus procesos de reflexión y crecimiento emocional.