¿Te imaginas que el partido político Morena pudiera cambiar la Constitución sin que nada ni nadie se lo impidiera? Ese es el peligro de la sobrerrepresentación legislativa de la coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por Morena, PVEM y PT. Pero vamos por partes…
Primero un breve recordatorio. El Congreso de la Unión (conformado por una Cámara de Diputados y una Cámara de Senadores) sirve para que, entre otras cosas, cualquier propuesta que implique un cambio en la Constitución sea discutida detalladamente por ambas Cámaras para tener la seguridad de que es lo mejor para el país (aunque ya sabemos que no siempre es así, pero esa es otra historia).
Considerando esa función del Congreso, lo ideal es que sea plural; es decir, que exista una representación de todos los partidos políticos que fueron votados en las urnas (y que hayan obtenido más del 2% de los votos). ¿Para qué? Para que exista un contrapeso ante quien haya ganado las elecciones. De lo contrario, el partido ganador (en este caso Morena) decidiría el rumbo del país de forma unilateral.
Esta se da cuando “un partido político obtiene, en función de determinados mecanismos electorales, un porcentaje de curules superior al porcentaje de votos obtenidos o permitidos por la ley”. De acuerdo con el Artículo 54 de la Constitución, ningún partido político podrá tener 8% de diputados más del porcentaje de votos que obtuvo en la elección; lo que en sí ya sería sobrerrepresentación, así que en lo que hay que fijarse es que no sea más del 8%.
¿La laguna legal? En la ley NO se habla de coaliciones porque éstas comenzaron a permitirse en 2007, y el límite de la sobrerrepresentación se impuso en 1996.
Resulta que después de las elecciones presidenciales del pasado 2 de junio, donde también se votó por Senadurías y Diputaciones, ningún partido por sí solo rebasa el 8%, peeero si se observa por coalición, ¡Seguimos Haciendo Historia obtiene una sobrerrepresentación de 18%!
De esa forma, la coalición encabezada por Morena obtendría 373 curules (sumando 248 de Morena, 50 de PT y 75 del PVEM), de 500 diputaciones; lo que se traduce en una representación de 74.6%, en coalición. Mientras que en el Senado, Morena consiguió 60 escaños, el PVEM 14 y el PT 9, de 128. Es decir, 64.8% de la Cámara de Senadores, en coalición.
Lo anterior le garantizaría a Morena y sus aliados contar con mayoría calificada (dos terceras partes de la Cámara) en la Cámara de Diputados y a un escaño de alcanzarla en la Cámara de Senadores. ¿Y? Que la mayoría calificada es la que permite hacer cambios a la Constitución, hasta una nueva si quisieran, sin la autorización de alguien más. Sí, un poder prácticamente ilimitado.
Y bueno, si eso resolviera los problemas del país, cualquiera lo apoyaría. Sin embargo, basta pensar en las reformas que busca implementar Morena con el Plan C. Si bien no todas son perjudiciales para la ciudadanía, hay varias que sí, como el querer eliminar algunos organismos públicos autónomos, reformar el Poder Judicial (poniendo en peligro su autonomía) o militarizar el país.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación será el encargado de discutir el tema de la sobrerrepresentación. Esperemos que considere que la lógica de una democracia es no estar subordinadas a un poder absoluto.