Hace tres meses, en un grupo de doctoras en Facebook, una colega compartió la terrible noticia de una mujer de 23 años en Baja California que previo a salir del Hospital donde había tenido a sus gemelas, las apuñaló, dejando a una gravemente herida y a la otra sin vida. Lo compartió con un comentario que decía algo así como: ¿cómo pudo hacerles esto a sus propias hijas? Me quedé pasmada. Una profesional de la salud escribiendo eso…
Es entendible que la población no médica se haga estas preguntas, pero me sorprende que una doctora graduada, en 2024 desconozca lo que son las enfermedades mentales en el embarazo, ignore lo que pueden llegar a causar y siga estigmatizando a quienes lo padecen como si fuera algo que de ellas dependiera.
Por si no lo sabías, hasta el 20% de las mujeres embarazadas cursan una enfermedad psiquiátrica. Esta puede ser de intensidad diversa y el tratamiento por lo tanto se debe individualizar. El problema es que no existe el número suficiente de personal de salud que pueda determinar el manejo para cada paciente por la enorme cantidad de población que hay en México.
La terrible noticia de las gemelas conmocionó a todo el país. Fue uno de los muchos casos trágicos que pueden ocurrir cuando no se manejan adecuadamente las enfermedades mentales en el embarazo. Es difícil imaginar después de todo el romanticismo con el cual se maneja el embarazo que una madre en lugar de ser abnegada y entregada, termine atentando contra su vida o la de sus hijas.
Las enfermedades psiquiátricas existen y no son culpa de la paciente. El gran problema es que se nos acostumbra a que la mujer embarazada debe estar plenamente agradecida y dispuesta a dar la vida por sus hijas, que la gestación es un momento maravilloso e incluso la llaman “la dulce espera”, pero cuando conocemos lo que una enfermedad psiquiátrica mal manejada puede causar, rompe ese esquema de perfección que nos han enseñado.
Las enfermedades psiquiátricas son manejadas con medicamentos y con terapia. El problema es que la mayor parte de la población tiene un acceso difícil a la salud: distancia, tiempo y dinero son tres factores que la dificultan. Por otro lado, no hay el número necesario de expertos en salud mental para manejarlas, por lo que hay muchas pacientes sin diagnóstico y manejo.
Hay medicamentos que aumentan el riesgo de efectos en el bebé, por lo que personal de salud, pacientes, familiares y hasta desconocidos, suelen irse por el camino fácil que consiste en que la paciente viva sin medicamentos en pro de la salud del feto, salud que ya de por sí está perjudicada por las sustancias que se liberan debido la falta de medicamento.
Lo ideal es que profesionales de la salud capacitados sean quienes intervengan capacitando a la pareja y a la paciente. Es importante entender que la doctora de toda la confianza de tu mamá no es la doctora que debería llevar el control de la paciente. También debemos dejar de hacerle caso a la familiar que dice que el bebé de su sobrino tuvo una malformación por tomar x o y medicamento.
Se tienen que explicar los riesgos y beneficios de cada medicamento que sea candidato a usarse; se deben monitorear constantemente los síntomas para valorar el cambio de la dosis del medicamento; se debe tener un grupo de apoyo que asegure la contención emocional de la paciente durante el embarazo y, lo más importante, se debe dejar de estigmatizar y entender que las mujeres con enfermedades psiquiátricas se reproducen y merecen el mismo respeto, trato empático y medicina de calidad como cualquier otra embarazada.