Es muy común hablar sobre la importancia de sentirnos orgullosas de nuestros logros, sean personales o profesionales, pero poco reflexionamos sobre el valor que tiene sentirnos orgullosas de nuestras amistades.
Y es que, durante las últimas semanas he experimentado un sentimiento de admiración por muchas de las personas que me rodean y no sé cómo explicar la alegría que me da su felicidad. Entonces confirmé lo que ya he dicho un par de veces en algunas columnas: nuestras relaciones sociales juegan un papel crucial en nuestro bienestar emocional y en la construcción de nuestra identidad.
En esta reflexión sobre el impacto que tiene sentirnos orgullosas de nuestras amistades, entendí que no sólo estamos fortaleciendo vínculos, sino también enriqueciendo nuestra vida, y tengo razones muy concretas para explicarte.
Primero, reforzamos nuestra autoestima al reconocer y valorar cualidades y logros de los demás. Esta poderosa acción nos da sentido de pertenencia y un sentimiento de inclusión maravilloso, al saber que formamos parte de un grupo de personas admirables.
Y no quiero que se piense que sólo tienes que sentir orgullo y admiración por los amigos “exitosos”, porque la definición de éxito es muy subjetiva. Las personas de las que debemos sentirnos orgullosas tienen que ser aquellas que nos inspiren y nos desafíen a ser mejores, en cualquier aspecto.
Rodearnos de las y los que poseen cualidades que admiramos, siempre nos empujará a crecer. Y es igual de importante que estas personas también te reconozcan, validen y admiren, porque este sentimiento mutuo nos impulsa a alcanzar nuestro máximo potencial.
Creo que este intercambio de emociones va más allá del simple afecto y en un ejercicio de honestidad, tal vez también deberíamos preguntarnos qué tienen específicamente esas personas, que decidimos elegirlas como “familia”. Tomarnos un momento para reconocer lo que admiramos en ellos y por supuesto, hacérselos saber, marcará profundamente la diferencia en la relación.
Espero que alguna vez hayas experimentado ese sentimiento que provoca el hecho de que alguna de tus amistades te diga abiertamente lo orgullosa que se siente de ti y las razones por las que te admira. Si no ha pasado, no te voy a decir que consideres cambiar de amigas, porque no a todo el mundo se le da externar sus sentimientos, lo que sí te voy a preguntar es cuántas veces lo has hecho tú. Si la respuesta es cero, ¡empieza desde ya! Porque todas tenemos algo digno de admirar.