Probablemente tus recuerdos más importantes y significativos involucran conexiones o grandes emociones. ¿Recuerdas cómo fue la primera vez que te sentiste enamorada, el día que conociste a tu mejor amiga o hasta ese olor que de inmediato te hace pensar en una persona especial?
Crear recuerdos significativos no es complicado, incluso existe un libro que lo explica: El arte de crear recuerdos. Esta publicación es de Meik Wiking, director y fundador del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad en Copenhague, quien también escribió el best seller Hygge: La felicidad de las pequeñas cosas.
Pero, ¿para qué queremos recuerdos felices? Muy sencillo, durante la infancia, este tipo de “memorias felices” o “buenas memorias”, definirán en gran medida el tipo de adulto que seremos. Y conforme crecemos, esos diminutos escapes de la realidad son los que utilizaremos para movernos, cambiar de dirección o seguir avanzando cuando algo no va bien.
El verdadero arte de crear memorias radica en nuestra capacidad de poner atención a las pequeñas cosas, esos detalles sutiles que nos mueven sentimientos, estimulan emociones y que difícilmente vamos a olvidar por la forma en la que nos hicieron sentir.
Así que, la próxima vez que quieras grabar un recuerdo feliz en tu memoria, no te olvides de poner atención, pero de una forma en la que te encuentres totalmente presente, involucrada y comprometida con una persona o experiencia.