Sanjuana Maldonado fue encarcelada por presuntamente haber participado en un secuestro agravado en San Luis Potosí. Sin embargo, no hubo pruebas que la involucraran con ese delito. Después de 15 años, y de que el Congreso del estado reconociera las irregularidades de su proceso, se le otorgó un indulto (facultad de perdonar parcial o totalmente una pena) y fue liberada.
Tantos años de vivir encerrada injustamente, de estar lejos de su familia sin que la pudieran visitar frecuentemente por la dificultad de los traslados, la hizo presentar la iniciativa de Ley Sanjuana en el Congreso de San Luis Potosí para que las mujeres con sentencias largas e injustas puedan revisar sus casos y obtener libertad.
La propuesta es “regular el proceso de indulto de forma ordenada y transparente, garantizando que se revisen las sentencias que violan derechos humanos”, señaló su abogado José Mario de la asociación Perteneces.
A Sanjuana Maldonado solo la dejaron estudiar hasta la preparatoria. Su padre le dijo que ya tenía suficiente estudio, que mejor buscara casarse. Ella decidió estudiar Informática por las tardes y trabajar en un Oxxo por las mañanas; ahí conoció a José ‘N’, quien era 15 años mayor, y quien la violentaba constantemente.
En mayo de 2009, José la obligó a darle su nombre completo para que cobrara un dinero, sin explicar su procedencia. Sanjuana fue a un cajero automático pero no sacó el dinero que presuntamente provenía de un secuestro. Aún sin pruebas, la sentenciaron a 30 años de prisión por secuestro agravado.
Vivimos en un sistema patriarcal y machista que permitió que Sanjuana fuera violentada y amenazada por su pareja. Que fuera juzgada sin perspectiva de género (un mecanismo que no existía cuando la encarcelaron; pero ella qué culpa). Y que permitió que le otorgaran la misma sentencia que a los hombres que sí estaban involucrados con el secuestro.
“Sanjuana Maldonado ha sido víctima de múltiples formas de violencia de género, estructural, simbólica, de pareja y familiar, estas violencias no sólo condicionaron su vida y decisiones sino que también fueron ignoradas completamente por quienes la juzgaron y la sentenciaron”, dijo la diputada Emma Idalia Saldaña Guerrero.
El caso de Sanjuana tuvo el apoyo de la asociación Perteneces y la difusión de los medios de comunicación, lo que ayudó a que la ahora mujer de 36 años pudiera obtener su libertad. Pero no todas las personas encarceladas injustamente consiguen salir de prisión.
En nuestro país, 49.3 % de las mujeres encarceladas no tienen una sentencia condenatoria, contra 38.4 % de los hombres encarcelados, de acuerdo con el Censo Nacional de Sistema Penitenciario 2023 del Inegi. Esto aumenta las probabilidades de que una persona pueda estar privada de su libertad sin merecerlo.