La maratonista rarámuri María Lorena Ramírez Nahueachi, conocida por su gran historial de competencias, completó en 26 horas con 2 minutos y 12 segundos la ruta del ultramaratón de 100 kilómetros de Hong Kong.
Con sus característicos huaraches y vestida con la falda típica que usa en maratones, Lorena atravesó una ruta serpenteante con vistas a los paisajes de la región y desafiantes subidas. El ultramaratón inició en Pak Tam Chung y terminó en el club rotario aledaño al pico de Tao Mi Chan.
“Saludo a todo México. Muchas gracias por el ánimo”, dijo la corredora de 30 años durante una transmisión desde Hong Kong compartida por la Fundación Lorena Ramírez A.C, una organización que proporciona asistencia alimentaria, impulsa programas educativos y de preservación de la cultura rarámuri.
Días antes el hermano de Lorena, José Mario Ramírez, completó el ultramaratón 56 kilómetros en 8 horas con 48 minutos en la posición 142, mientras que la tabasqueña Mirna de la Cruz terminó el trayecto de 33 kilómetros en 7 horas con 42 minutos.
El Consulado de México en Hong Kong reconoció la participación de Lorena, José Mario y de Mirna, a quienes dio acompañamiento durante su estancia en el continente asiático: “Fue un verdadero orgullo ser testigos de su entrega, determinación y coraje. ¡Felicidades!”.
Lorena Ramírez es una corredora de ultramaratones mexicana, originaria de la comunidad rarámuri de Guachochi. Nació en 1995 en el estado de Chihuahua, México, y se ha convertido en una figura emblemática del atletismo debido a su impresionante desempeño en competencias, a menudo sin utilizar el equipo deportivo convencional.
Lorena ha ganado y participado en diversas competencias de ultradistancia, como el ultramaratón de los Cañones en Chihuahua, donde alcanzó el primer lugar en la categoría de 50 kilómetros en 2017. Compitió usando sandalias tradicionales hechas de llantas recicladas, ropa típica rarámuri y sin entrenamiento profesional.
La corredora es admirada no solo por sus logros deportivos, sino también por mantenerse fiel a su identidad cultural y sus raíces indígenas. Su historia ha llamado la atención de medios y comunidades deportivas a nivel mundial, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.