Recuerdo la primera vez que me cuestioné sobre mis ideas del amor. Siempre pensamos que amar es algo natural, que lo aprendemos sin darnos cuenta, pero ¿qué pasa cuando esos modelos que seguimos no nos llenan?
Al leer Los modelos del amor de Karla Lara, me di cuenta de algo importante: muchas veces replicamos formas de amar que no nos corresponden, porque son herencias de nuestras familias, de las películas que vimos o de las experiencias que tuvimos, sin preguntarnos si realmente funcionan para nosotras.
Karla Lara explica que el amor es un reflejo de lo que hemos vivido y de cómo aprendimos a relacionarnos. Y me gustó mucho su idea de que, para amar bien, primero tenemos que aprender a deshacernos de esas expectativas que nos impusieron y preguntarnos: ¿qué tipo de amor quiero en mi vida? ¿Cómo me gusta que me amen?
Esta reflexión me ha acompañado desde entonces, porque muchas veces caemos en la trampa de amar como creemos que "deberíamos" en lugar de como realmente queremos. Y lo mismo pasa con cómo esperamos ser amadas. Tal vez crecimos pensando que el amor se demuestra con sacrificio, cuando en realidad lo que necesitamos es ternura o complicidad.
Amar mejor también implica entendernos mejor a nosotras mismas. No podemos esperar que alguien nos ame como necesitamos si no sabemos qué es lo que realmente deseamos. El amor empieza en cómo nos tratamos, en cómo nos hablamos y en cómo nos cuidamos. Porque, al final, la manera en que nos amamos a nosotras mismas establece el estándar de cómo dejamos que otros nos amen.
¿Te has preguntado alguna vez si estás siguiendo un modelo de amor que te llena o simplemente el que has aprendido a lo largo de los años? Si algo me ha enseñado este viaje es que el amor puede ser rediseñado y transformado. Y, lo más importante, puede ser tuyo, de acuerdo a tus propias reglas y necesidades.
Hoy, me gustaría que una pregunta se quedara haciendo ruido en tu cabeza, tal como lo hizo en la mía: ¿estás amando de la forma que realmente te hace feliz o sigues un guion que no escribiste tú? Tu respuesta puede ser la clave para construir relaciones más genuinas y satisfactorias.