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Relato de una Política Exterior Feminista desde la periferia

Escrito por Invitada | 12 julio 2024

 

Por: Ilse Viquez y Natalia Xicohténcatl

La importancia de construir desde la colectividad

En enero de 2020, el excanciller Marcelo Ebrard declaró que México adoptaría una Política Exterior Feminista (PEF), convirtiéndose en el primer país de América Latina en hacerlo. Pero, ¿qué es la PEF y qué papel tiene en la construcción de una agenda política interna? Desde el Observatorio Mexicano de Política Exterior Feminista (OMPEF), la PEF se define como el despliegue de acciones, actitudes y decisiones del Estado con una perspectiva interseccional al exterior de sus fronteras, para satisfacer un interés colectivo, representativo e incluyente que priorice el bienestar y dignidad de las mujeres y grupos tradicionalmente vulnerados.

En contraste a esa definición, encontramos que las conferencias internacionales en donde se discuten los problemas más importantes para la humanidad suelen excluir a gran parte de ella. La mayoría de las personas aceptamos que el medio ambiente, la discriminación o las telecomunicaciones son temas que nos importan a todxs, pero no participamos en qué se dice sobre ello al momento de pactar un documento.

Siendo estudiantes aprendimos las características de un tratado o el protocolo de una negociación pero nunca imaginamos estar en camino a una de estas reuniones internacionales tomando la ruta del camión de Zumpango, pasando por el tren suburbano Cuautitlán-Buenavista hasta llegar a la línea 8 del metro de la Ciudad de México. 

El pasado 1 de julio se llevó a cabo la inauguración de la III Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas, en la que participaron más de 30 países. La planta baja de la sede Tlatelolco de Cancillería fue escenario de charlas entre embajadoras, delegados, Servicio Exterior Mexicano y algunos integrantes de la sociedad civil, diálogos en los que pocas veces se nos incluye. 

Ese día se llevó a cabo una bienvenida cultural en Los Pinos, a la cual se accedía con invitación. Al finalizar el evento, había autobuses y camionetas que nos llevarían de regreso al Hotel Hilton de Av. Juárez, el hospedaje de las delegaciones y diplomáticos. Y si bien nos escoltaron con moto patrullas de Ciudad de México y abrieron paso en el tráfico durante el camino al Hilton, para nosotras sólo era una parada más, porque no teníamos hospedaje y debíamos regresar a nuestras casas a las 11 PM.

 

Al llegar al Hilton todavía necesitábamos cruzar la Alameda para llegar al metro y tomar nuestra ruta de camión a casa. Aproximadamente hora y media de camino. Durante los tres días que duró la Conferencia Ministerial, uno de nuestros retos fue el transporte público. En varios momentos resultó muy extraño encontrarnos en estos espacios de networking, reconociéndonos como mujeres jóvenes de la periferia.

En ese sentido, en la búsqueda de socializar y democratizar este conocimiento, pero también de cuestionarlo, un grupo de estudiantes de ciencias sociales conformó el Observatorio Mexicano de Política Exterior Feminista (OMPEF); atendiendo a la poca o nula difusión referente a las decisiones gubernamentales al exterior y la pobre participación no solicitada de organizaciones de la sociedad civil, juventudes y, en general, nadie que no sea gobierno. 

¿Cómo hablamos de una verdadera Política Exterior Feminista si desde la propia organización de eventos ni siquiera se tienen en cuenta los contextos de las mujeres que habitan el país? Ante estas situaciones, nosotras preferimos pagar por hospedaje —con recursos propios— porque el miedo de regresar a casa por la noche es mayor, además, los sistemas de movilidad metropolitana y transporte público no están construidos para procurar nuestros desplazamientos a altas horas de la noche. 

Los eventos como la III Conferencia, pensados sólo para quienes tienen acceso a autos o que viven en zonas céntricas o cercanas reflejan una tendencia en la construcción de políticas exteriores excluyentes

No se trata solo de decir que hay una política interior feminista o que la agenda política está construida por mujeres, los espacios de toma de decisiones que aperturan a todas aquellas que no pertenecemos al cuerpo diplomático o gubernamental, deben ser construidos tomando en cuenta los contextos de las mujeres que habitan la ciudad, área metropolitana y otros estados.

Por una Política Exterior Feminista por y para todas.

 

Sobre las autoras

Natalia Xicohténcatl es egresada de la licenciatura en Ciencias Políticas por la UNAM. Becaria en el Instituto de
Investigaciones Doctor José María Luis Mora en cuidados y bioética feminista. Integrante del OMPEF.

Ilse Viquez es internacionalista en la UNAM y maestrante en Ciencias Sociales por Flacso México e integrante del OMPEF. Ha escrito textos sobre mujeres en la literatura poscolonial y movimientos de mujeres en México.

@ompef.mx