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Revolución social, una página a la vez: cómo crear un club de lectura feminista

Escrito por Invitada | 11 octubre 2024

Por: Coordinación de Hipatia

¿Cómo es un club de lectura de puras mujeres y por qué es importante formar estos espacios?

Tal vez ya has formado parte de un club de lectura o tienes la inquietud de iniciar uno, pero ¿te has preguntado cómo darle un enfoque feminista? La respuesta no es tan obvia como parece, porque no se trata simplemente de leer autoras o libros sobre feminismo. Es una pregunta que nosotras también nos hicimos cuando comenzamos con nuestro club, y la verdad es que las respuestas son muchas y variadas, pero ninguna es la única.

Todo comenzó hace dos años cuando algunas de nosotras nos unimos al club de lectura de un grupo llamado “Siendo Juntas” con sede en Guadalajara, un espacio creado para que las mujeres nos reuniéramos a hablar sobre libros. A lo largo del tiempo, surgieron diferencias en los temas que queríamos abordar, ya que quienes estábamos en Ciudad de México teníamos inquietudes distintas. Fue entonces cuando, con el apoyo de Claudia, fuimos formando un nuevo club de lectura independiente.

Lo que nos mueve es amor por los libros y difundir este hobbie, pero hay algo más: la necesidad de tener un espacio donde podamos compartir nuestras experiencias, discutir desde una perspectiva feminista, y, sobre todo, generar vínculos de amistad entre personas que comparten intereses comunes. Nos dimos cuenta de que, al leer y debatir desde nuestro enfoque, logramos entender más sobre nosotras mismas, del mundo que nos rodea y de cómo podemos contribuir a su transformación.

¿Qué hace a nuestro club un espacio feminista?

No somos simplemente un club de lectura feminista, sino uno que se alinea con un feminismo que busca que los derechos sean para todas, no solo para algunas. Queremos que más personas accedan a los mismos derechos para que estos no sean solo privilegios. No solo leemos a mujeres, sino que priorizamos aquellas voces que históricamente no han sido escuchadas: mujeres racializadas, personas queer y de la clase trabajadora. Queremos asegurarnos de que nuestras lecturas reflejen la diversidad de experiencias y perspectivas que existen.

Además, nuestra decisión de ser un grupo conformado principalmente por mujeres y disidencias no es casual, ya que aunque existe la percepción de que las mujeres hablan más, en los grupos mixtos los hombres suelen tener mayor participación, y las mujeres y disidencias son interrumpidas más frecuentemente. Al no tener hombres en nuestro grupo, creamos un espacio donde todas podemos expresarnos con mayor libertad y en el que nuestra voz no se diluye en el ruido de otras jerarquías.

Históricamente las olas feministas se han fortalecido gracias a mujeres que se han reunido para compartir sus vivencias, esas que no se sienten cómodas compartiendo en espacios mixtos, pues sienten que quizá no las van a entender. En sitios como este no solo compartimos nuestras historias, sino que también desde la lectura aprendemos de las perspectivas de personas que no están en nuestro mismo contexto geográfico o histórico; esto nos permite ver el mundo de manera más amplia y conectada.

Tener espacios para discutir desde una perspectiva propia nos beneficia porque nos empodera y nos da herramientas para entender y transformar nuestra realidad. Recordemos que “lo personal es político”. Al compartir nuestras experiencias y aplicar lo que leemos a nuestras vidas, estamos contribuyendo al cambio.

¿Y qué leemos?

En un mundo académico en el que la mayoría de los textos recomendados son escritos por hombres, nosotras hemos decidido darle prioridad a obras escritas por mujeres y disidencias. Pero no solo eso: nos comprometemos a leer con una mirada crítica

Por ejemplo, actualmente estamos leyendo La cabeza de mi padre de Alma Delia Murillo, un libro que aborda temas como la maternidad autónoma y el abandono paterno en México. Sin embargo, no nos quedamos solo en la experiencia de la lectura, sino que la contextualizamos en la realidad social, donde el problema de los deudores alimenticios es grave. Para acompañar esta lectura, nos apoyamos en textos y propuestas feministas, como la Ley Sabina, que busca combatir este problema.

También compartimos lecturas más cortas que reflejan luchas actuales, como el cuento Perejil y Coca-Cola de Dahlia de la Cerda que aborda el aborto desde una experiencia personal, algo que discutimos el pasado 28 de septiembre, en el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Seguro y Legal.

Otra cosa: es importante mencionar que no todas las lecturas que hacemos o las autoras que leemos tienen una perspectiva feminista y que feminismo no hay uno, sino muchas corrientes. Reconocemos que este movimiento ha tenido sus limitaciones y que en olas anteriores se dejaron de lado las voces de mujeres racializadas, personas trans y otras disidencias. Por eso, nuestra crítica incluye un esfuerzo constante por integrar la teoría de género, la interseccionalidad y las perspectivas queer en nuestras discusiones. Nos interesa que este sea un espacio en el que también se debatan las contradicciones y tensiones del feminismo, porque solo así podemos avanzar.

¿Cómo empezar tu propio club de lectura feminista?

Estás superinvitada a unirte, pero si quieres comenzar tu propio club de lectura con este enfoque, te damos algunos pasos sencillos para empezar:

  1. Escoge tu tribu: busca que el grupo incluya personas con diferentes experiencias y perspectivas; la diversidad enriquecerá las discusiones.
  2. Selecciona lecturas que representen distintas voces: da prioridad a autoras que aborden temas de género, raza, clase y orientación sexual. No te limites a un solo tipo de feminismo o a puras lecturas teóricas, existen muchas novelas o poemas escritos desde perspectivas femeninas que pueden discutirse como una representación cultural.
  3. Fomenta el diálogo crítico: no se trata solo de leer, sino de reflexionar. Invita a cuestionar las lecturas desde una perspectiva  interseccional.
  4. Crea un espacio seguro: asegúrate de que todas las participantes se sientan cómodas compartiendo sus opiniones y experiencias, sin temor a ser interrumpidas o minimizadas.
  5. Hazlo divertido: el feminismo no tiene por qué ser solo teórico o académico. Puedes integrar actividades que fortalezcan los lazos entre las participantes, desde talleres hasta salidas culturales, además que el intercambio de saberes crea lazos más fuertes.

Ahora, quieres saltarte estos pasos, te invitamos a unirte a este club de lectura, nosotras estamos ubicadas en la Ciudad de México, tenemos reuniones tanto presenciales como digitales y cada mes ponemos nuestras actividades en nuestras redes sociales.

Sobre la autora

Hipatia.cdmx nace de un deseo de difundir la lectura y crear espacios donde mujeres puedan sentirse cómodas de compartir sus experiencias mientras leemos a otras mujeres. Llevamos un año trabajando y hemos formado un equipo de coordinación voluntario. Somos arquitectas, maestras, diseñadoras, abogadas y psicólogas tratando de hacer curaduría de textos y de buscar nuevas lecturas que permitan expandir nuestras visiones.

@hipatia.cdmx