La tiktoker española Roro Bueno se ha hecho viral en redes sociales con videos en los que se muestra cocinando todos sus platillos desde cero. Sin embargo, la popularidad de la influencer no está siendo precisamente por lo elaborados que son sus guisos, sino el hecho de que los haga para su novio Pablo y por la forma impecable en la que se presenta frente a cámara durante el proceso.
Algunos medios de comunicación han entrevistado a Roro sugiriendo que es la “novia perfecta”, lo que rápidamente se ha relacionado con el estilo de vida de una “tradwife” o traditional wife (esposa tradicional). Las “tradwives” son mujeres que defienden regresar al rol tradicional de la mujer y eligen dedicarse al hogar y al cuidado de sus hijas e hijos, mientras sus maridos salen a trabajar para sostener a la familia.
Pero, ¿quiénes son las que realmente pueden elegir? La respuesta corta es mujeres de clase alta, pero no todas tienen el privilegio de pertenecer a ella.
A ver, el capitalismo nos tiene tan agotadas que muchas de nosotras preferiríamos que alguien nos resuelva la vida económicamente y poder dedicarnos a nuestra familia. Pero cuestionemos: ¿No es igual de agotador pertenecer al mercado laboral que realizar los quehaceres del hogar y cuidar de las hijas e hijos? Incluso esto último podría ser más cansado, y sin paga.
Aclaro, el problema no es elegir ser ama de casa, sino promover serlo sin mostrar el panorama completo. Mientras las clases media y baja lidiamos diariamente con la doble o triple jornada laboral, hay influencers (como Nara Smith o Estee Williams) que nos quieren vender la idea de que la solución es dedicarte al cuidado de tu marido, romantizando el trabajo no remunerado, y sin mencionar los riesgos que conlleva.
Por ejemplo, en uno de los videos de Roro se ve a la tiktokera preparando un pollo frito coreano con teokk (conservando su impecable vestimenta, semblante y peinado) y afirmando que "no se tarda casi nada”; sin embargo, le debió llevar más de 15 horas, reportó María Nicolau, chef y autora del libro Cocina o Barbarie, en el diario El País.
¿El mayor peligro? Depender económicamente de un hombre machista. Está comprobado que una de las mayores dificultades que les impiden a las mujeres salir de una relación violenta es la dependencia económica, lo que puede derivar en otro tipo de violencias.
“En los años 60, Betty Friedan, psicóloga feminista estadounidense, se dio cuenta de que el modelo de felicidad que les habían vendido a las mujeres (casarse, tener hijos y ser amas de casa), era falso”, apuntó Sara Gracia, historiadora especializada en género, a través de la red social X.
“A las consultas de los médicos llegaban amas de casa con dolores, depresión, ansiedad, frustración sexual... una tristeza inexplicable cuyo foco no sabían localizar. Después de hablar con varias mujeres y ver que era un problema común, en 1963 Friedan publicó La mística de la feminidad, y un montón de mujeres más pudieron ponerle nombre a aquello que las atormentaba”, agregó Sara Gracia.