¿Cómo te va? 💖 Esperamos que hayas despertado de buen humor en este último jueves de febrero.
En esta edición hablamos de cuando perdemos a un ser querido, de nuestra obsesión permanente con ser productivas y de la importancia de afrontar nuestros miedos más profundos sostenidas de una red de apoyo.
Cultura
Todas estamos cansadas: ¿Por qué nos asusta tanto detenernos a pesar de nuestro agotamiento?
Llevo varios años en un ritmo vertiginoso. Sin pausa. Solo el paso de los días, de las horas, de los pendientes. Hacer y hacer, incluso en la enfermedad, en el delirio, en la tristeza, en el dolor. Continuar. Sentir culpa si me detengo. Llevar mi cuerpo a límites insoportables. Destrozarme. Prometerme que no lo volveré a hacer, que esta vez sí me detendré. Mentir. Volver al vértigo, al cansancio que se acumula, que me hace llorar y estar ausente de mi vida.
En su libro Escrituras rumiantes, la pensadora Lucrecia Masson señala que hay un ritmo devastador impuesto por el capitalismo. Es el ritmo de la producción y nadie puede mantenerse a esa velocidad sin estallar. El problema es que nos han adiestrado para ver hacia adelante, para anhelar el “progreso” y sus trampas sustentadas en la explotación de todas las formas de vida.
Autocuidado
Hoy me tocó a mí: cuando operan a la que opera
Los dolores comenzaron hace más de doce meses. Desde el primero, leve pero constante, supe que se trataba de un mioma. Durante muchos años los he diagnosticado, muchas de mis pacientes me han descrito esos síntomas que yo había aprendido en libros y descifrado en exámenes.
Pero esta vez fue diferente. Hay un dicho que reza: nadie experimenta en cabeza ajena… O en útero, en este caso. No es lo mismo explicar los síntomas a sentirlos; acompañar a ser acompañada. Desde el primer momento sabía que no había otra salida: debía operarme lo más pronto posible; no estaba en riesgo mi vida pero entre más rápido tomara acción menos dolor se presentaría. Pese al sentido común, hice lo contrario.
Político Social
Tener una mujer presidenta no garantiza políticas de género
Ya sé que el espacio presidencial que podría ocupar Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez o Jorge Álvarez Máynez (con menos probabilidades, según las encuestas) a partir del 1 de diciembre de 2024 no exige explícitamente que la persona que lo ocupe sepa de perspectiva de género (aunque debería), pero me parece relevante que al menos tengamos claridad de lo que las candidatas presidenciales nos pueden ofrecer (o no) a las mexicanas.
Por ejemplo, las mujeres necesitamos no sufrir discriminación laboral por embarazarnos, cuartos de lactancia en el trabajo, salario igual a trabajo igual, derecho a una vida libre de violencia, derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, y un largo etcétera que no es igual a las necesidades de los hombres.
Experiencias
La orquídea de mi abuela
Hace cinco años murió mi abuela. Su partida fue mi primer acercamiento verdaderamente doloroso con la muerte. Nunca antes había experimentado esa agonía en el pecho, la que llega cuando pierdes a alguien que amas. Ella está presente en la mayoría de los recuerdos más felices que tengo de mi niñez y fue pieza fundamental para saber tratar con amor, para utilizar palabras cariñosas y para entender cómo darle la vuelta a lo negativo con un chiste.
Unos días antes de que falleciera me regalaron una orquídea blanca que nunca pude sacar de la bolsa en la que venía, porque no tuve tiempo y con su partida, ni siquiera recordé. A los pocos días se quedó sin flores y no me esforcé para nada en cuidarla. Tiempo después le brotaron botones. No sé si estaban ahí antes, no sé si fue una coincidencia y las orquídeas florean en esa época o no sé si fue la forma que mi abuela encontró para decirme que seguía conmigo.
Sí puedo con todo, pero no con todo a la vez
Por: Aylin Castillo
Siempre he sido una persona muy dedicada y entregada para todo. Crecí siendo la hija que no necesitaba ayuda porque siempre podía sola, la que tenía buenas calificaciones y, según, a la que todo le salía bien. No querer “perder el tiempo” por mantener esa expectativa de lo que las otras personas esperan de mí ha sido una constante en toda mi vida.
Por mucho tiempo he sentido la necesidad de siempre estar haciendo algo, ya sea tomar cursos, aprender cosas nuevas y seguir resolviendo. Está claro que no iba a poder con todo o al menos no con todo a la vez. Últimamente he empezado a ser más consciente del tiempo que me dedico y que le dedico a las personas que amo, pero a pesar de eso el pensamiento de que debería estar siendo productiva no se va.
Dejar de autoexigirnos no es nada fácil, es algo que necesita dedicación y sobre todo paciencia, paciencia a ti misma, a tus tiempos y a tus procesos. Es importante que sepas que mereces descansar, que a veces también está bien pedir ayuda (aunque te cueste) y que tu vida no gira en torno a lo que las demás personas piensen o esperen de ti. ❤️🩹 ✨
Afrochingonas - Podcast
Este podcast nos invita a reflexionar sobre temas cotidianos y problemas sociales desde la experiencia de tres mujeres afrodescendientes.
🎧 Aborda temas que van desde el amor romántico hasta nuestra relación con el dinero.
🎧 Muestra las violencias que viven diversas mujeres más allá del género.
🎧 Impulsa la reflexión sobre la discriminación y el racismo.
Comando Colibrí - Clases de autodefensa
Esta es una escuela de defensa personal integral, autónoma y transfeminista, gestionada por mujeres y para mujeres.
🥋 Da herramientas físicas, emocionales y mentales para reaccionar en una situación de riesgo.
🥋 Ayuda a aumentar la fortaleza física y la confianza en nosotras.
🥋 Capacita sobre los aspectos legales de la legítima defensa.
¡Esperamos que hayas disfrutado leer el contenido que preparamos para ti! 💟
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