¿Por qué es importante el C190 para las disidencias sexuales?
El cuerpo y el goce como el centro de lo laboral
Cuando hablamos de trabajo digno es importante quitarnos la idea de que parte solamente de lo económico; el trabajo es una esfera dentro de la vida que nos cruza profundamente y atraviesa todo lo que somos. El trabajo debe darnos más que solo dinero; debe ofrecernos espacios sin violencia donde las actividades que realicemos puedan disfrutarse.
-Fernanda Araujo
Hace cinco años, en Ginebra, en un mes como este, se adoptó el Convenio 190 (C190) de la Organización Internacional del Trabajo sobre la violencia y el acoso. La ratificación en México se dio el 15 de marzo de 2022 luego de que diversas organizaciones sindicalistas y activistas presionaron por todos los frentes posibles para que el Convenio avanzara.
Pero, ¿qué es el C190 y con qué se come?
Primero te cuento que hace poco entrevisté a Fernanda Araujo ―Líder del Área Jurídica y de Políticas Públicas de INTERSECTA, organización que trabaja por la eliminación de la discriminación en México―. Ella, en palabras concretas, me explicó que el C190 es:
“Una norma que nos protege a todes porque entiende a todas las personas como vividoras de violencia en los centros de trabajo. Entonces creo que empezaría por decir que es una norma que busca crear espacios libres de violencia y seguros para todas las personas que transitan el mundo laboral; es una norma encaminada a protegerte cuando eres joven y empiezas a aprender, cuando eres una persona que busca insertarse en el ecosistema de trabajo, cuando ya vives y habitas en él y cuando eres una persona que va de salida. El C190 trata de salvaguardar a la gente sin importar sus circunstancias o características, para que todas las personas experimenten una vida digna con trabajos dignos”.
Este Convenio es muy importante porque propone una mirada distinta respecto a la violencia, ya que toma en cuenta la violencia física, económica, sexual, psicológica y emocional. Además, pone sobre el escenario laboral a los cuerpos y sus diferentes intersecciones. De esta forma, protege especialmente a grupos históricamente vulnerados como lo son las disidencias sexuales y las mujeres.
Sin embargo, aún falta mucho para entender al cuerpo como un aspecto central de las políticas laborales. Sobre esto, Fernanda señaló que “en la legislación mexicana el cuerpo no es una categoría protegida; a pesar de que constantemente somos normadas respecto a nuestro cuerpo, no se entiende como algo que afecte nuestros espacios de trabajo. Por eso, para mí es muy importante nombrar que nuestros cuerpos deben ser objetos de protección por las legislaciones laborales y que deben ser salvaguardados por instrumentos como el C190”.
Ella me contó que fue víctima de gordofobia en uno de sus trabajos, un hecho que no es aislado y que resalta la necesidad de que lo corpóreo esté al centro. Así, las geografías corporales, un aspecto ampliamente investigado desde la filosofía política o vertientes como la geopolítica feminista, aparecen en el ámbito laboral como instrumentos esenciales.
El C190 invita a pensar que el trabajo digno implica espacios seguros, cómodos y disfrutables. No es normal que los jefes griten o humillen a los empleados. El territorio laboral no debería ser una plaza de angustia donde las personas dejan pasar cualquier vejación por miedo a perder su sustento. Tal como lo plantea este Convenio: trabajo decente es también trabajo libre de violencia.
Así, el Convenio dibuja alternativas (aún utópicas) donde lo laboral se convierta, alguna vez, en algo disfrutable, lejos de las estructuras brutales del capital y su hiper-producción. Aunque pensar el trabajo más allá de la frustración y el cansancio es algo que todavía se vislumbra lejano frente a las condiciones generalizadas de precariedad.
Sin embargo, es un paso importante que este Convenio ponga en las mesas de los legisladores y de las personas trabajadoras, así como de las y los empleadores, la idea de reconfigurar lo laboral. Es un gran avance que se piense en el tema no solo desde lo técnico, sino también desde el cuerpo, lo emocional, lo psicológico y, por su puesto, desde el goce como una figura fundamental para construir espacios laborales que se escapen, aunque sea un poquito, de las lógicas de muerte.
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