Como cada año, estamos a nada de celebrar el Día de Muertos con sus ahora famosos desfiles tras el estreno de la película 007: Spectre. Más allá de lo colorido y el atractivo turístico de esta fecha, toda la celebración nos permite reconectar con todos los aspectos que caracterizan la conmemoración de la vida y la muerte.
Sin ser conscientes de ello, hemos tenido en nuestras vidas una herramienta poderosa para transitar el luto y para elaborar nuestros duelos desde lugares más amorosos, compasivos y significativos. Aún si no tenemos afinidad por alguna religión o creencias en torno al mundo espiritual, el Día de Muertos abre una puerta para confiar en que podemos reconectar con las personas, las mascotas, las situaciones o las historias que ya no son parte de nuestro presente.
El duelo es un proceso de adaptación emocional ante pérdidas tanto físicas como simbólicas, sabemos que este se vive por fases porque en 1969 la psiquiatra suiza-americana Elisabeth Kübler-Ross propuso la teoría de las 5 etapas: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Si bien el duelo se considera como un momento que llegará a su fin, la celebración del Día de Muertos es un recordatorio de que no hay reglas de tiempo, que no está mal llorar de nuevo o celebrar lo que fue, lo que se construyó y la vida de las personas que fueron significativas en nuestra realidad.
Los rituales que realizamos en esta fecha ofrecen alternativas para seguir trabajando nuestros duelos. Contar con prácticas como poner la ofrenda, nos ayudan a explorar nuevas formas de decir adiós, reconocer el amor que hemos dado, sentido y mostrado así como ubicar nuestras redes de apoyo cuando la nostalgia nos inunda.
En psicología se le conoce como tanatóloga a la o las psicólogas que se han especializado en acompañar a quienes están experimentando una pérdida. Siempre pueden recurrir a ellas cuando consideren que sus duelos requieren más espacios para honrar recuerdos, sentimientos y pensamientos atorados o estancados, para poder seguir avanzando en la vida, lo que es más valioso que identificar en qué etapa del proceso se encuentran.
Este Día de Muertos les recomiendo darse el tiempo para crear su ofrenda intencionada a celebrar, reconectar, despedir o saludar a las personas y mascotas que ya no están en este plano.