Por muchos años la depresión fue vista como una enfermedad incurable así como crónica que requería única y exclusivamente el tratamiento psiquiátrico a base de fármacos. En el siglo IV, la depresión formaba parte de lo que se vería como melancolía y, hasta cierto punto, parte de la pérdida de cordura. La clasificación oficial del Manual de Psicodiagnóstico (DSM) ubica a la depresión como parte de los Trastornos del estado de ánimo que afectan nuestro día a día volviendo casi imposible ser funcionales hasta con las actividades básicas para nuestra existencia (comer o dormir).
Frida Araujo, comediante y standupera de Ciudad Juárez habló sobre su diagnóstico de depresión a través de su podcast Mihada Madrine. Cuando Frida nos compartió cómo se sentía vivir con depresión, me gustó su analogía sobre la vida como una caja que cargas, pero con depresión parece que, sin darnos cuenta, esta cajita pesa más y más, a veces en menos tiempo de lo que pensamos.
Respecto a lo anterior, el psicólogo clínico Michael Yapko nos regala la siguiente frase para comprender qué pasa con la depresión: “La fuerza de la depresión reside en la habilidad que tiene de hacerte sentir que nada te devolverá la sensación de paz o satisfacción con la vida”. La depresión no es cosa de echarle ganas y ver que la vida es bella solo porque te dicen que es mejor tener la actitud positiva ante todo. Si se tratara solo de encontrar culpables o causantes tampoco podríamos dejarnos llevar por un “todo estará bien” porque la depresión es muy versátil: ¿La depresión tiene causas genéticas? Si y no, ¿es heredada? Si y no, ¿la provoca un desajuste hormonal? Si y no, ¿deriva de hechos retadores en la vida? Si y no.
En 2020, la Sociedad Psicológica Británica, por sus siglas en inglés BPS, lanzó un comunicado en el que sugerían comenzar a ver a la depresión como una experiencia o un conjunto de experiencias que afectan diferentes áreas de la vida de una persona.
Por un lado, dicha perspectiva realmente puede ayudarnos a romper con mitos o creencias sobre “cómo se debería ver una persona con depresión”, permitir que las personas tengan el espacio de expresar qué pasa en sus casos porque ¿adivinen qué?, hay quienes viven la depresión con demasiadas expresiones de “alegría” que, solo se pueden comprender cuando se tiene el espacio y apertura de entender que en esa mente en particular “mostrarse bien es como huir de la fatiga que genera la depresión”.
Por lo tanto, si en algún momento consideras sentirte extraña, irreconocible, ajena a ti, con mucha fatiga tanto mental como física, así como con periodos en los que nada parece tener sentido, te recomendamos que acudas con especialistas de la salud mental así como ponerte en contacto con recursos gratuitos con LA LÍNEA DE LA VIDA y LOCATEL (puedes encontrar ambos contactos en otra de nuestras columnas).
En la Ciudad de México también te puedes acercar a Voz Pro Salud Mental, fundación que se dedica a educar a personas con depresión como parte de los tratamientos más comprensivos que permiten generar acompañamientos mucho más ajustables a las necesidades de cada persona.
Recuerda que la experiencia no la tienes que vivir sola, que no durará para siempre ni que tendrás que aprender a vivir con ella como si fuera una maldición.