En vísperas del Día del Padre, me gustaría que pongamos sobre la mesa, ¿qué es eso de los daddy issues? Seguramente has escuchado mucho esta expresión o puede que hasta tu misma la hayas usado para describir la vida amorosa de una persona que parece buscar una pareja que reemplace el afecto de su progenitor.
Es necesario aclarar que hablar sobre daddy issues no es hablar de un trastorno mental porque simplemente no lo vas a encontrar en el Manual de Psicodiagnóstico, sin embargo, esta expresión muchas veces se emplea de forma peyorativa y con intenciones de señalar una conducta inapropiada por parte de quien suele tener parejas mucho mayores a ella o con quienes la dinámica parece mostrar más la relación de una hija con su padre.
Debido a que la expresión se viralizó a una velocidad impresionante, no hay elementos que nos puedan decir con exactitud quién le dio forma, pero sí que se puntualizó la particularidad de aplicarlo únicamente con las mujeres, aunque los problemas de relación paternal no son exclusivos de un género.
En cierto sentido, los daddy issues parecen ser una modernización de lo que Freud y Jung planteaban sobre la relación madre-hijo, padre-hija y viceversa.
Freud nos habló sobre el complejo de Edipo especificando que se trataba de varones relacionados con mujeres que querían reemplazar a su figura materna. Freud tomó como referencia la tragedia griega “Edipo Rey” para ejemplificar la complejidad de las emociones que un niño puede experimentar respecto a las relaciones que sostiene con ambos padres. Por un lado, el amor o afecto que muestra a su mamá y, por el otro, el odio o rivalidad hacia su papá.
Más tarde, el psicólogo y psiquiatra suizo Carl Jung hablaría sobre el complejo de Electra (usando otro mito griego que habla sobre cómo Electra, hija de Agamenón y Clitemnestra, vengó la muerte de su padre a manos del amante de su madre) para explicar lo que pasaba en el caso de las niñas que muestran celos o rivalidad con su mamá y amor o afecto por su papá.
Por lo tanto, los daddy issues nos hablan sobre los retos que se presentan en la interacción con el padre durante la niñez.
Hay que recordar que tanto papá como mamá son el primer contacto social que tendrán las infancias. Es durante el periodo de los 3 a los 5 años que nos mostramos más receptivas a las relaciones que se presentan en nuestro entorno y las dinámicas que las forman, por lo que tener padres ausentes, violentos o emocionalmente indispuestos puede verse como personas adultas que experimentan mayor dificultad para confiar en las personas, tener relaciones funcionales o en las que se sientan seguras.