¿Qué pasará si se aprueba la reforma al Poder Judicial?
Cinco puntos preocupantes de su aprobación
Estoy segura de que nadie se dejaría operar por un médico o médica sin experiencia. ¿Por qué habríamos de permitir ser defendidas por jueces o juezas sin carrera judicial a quienes solo se les exigiría tener un título de licenciatura y un promedio mínimo de ocho?
La reforma al Poder Judicial ya fue aprobada por la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados; sin embargo, aún falta que sea votada en la Cámara de Diputados (donde Morena ya cuenta con mayoría calificada, la necesaria para cambiar nuestra Constitución) y de Senadores. Aquí te comparto cinco de los puntos más preocupantes que ocurrirían con la aprobación de la reforma:
1.- Jueces sin rostro
Está figura ni siquiera estaba prevista en la iniciativa. Pero la incluyeron para proteger la identidad de juezas y jueces que deban resolver casos de crimen organizado.
¿El problema? Que se vulnera el derecho a un juicio justo sin la garantía de un tribunal independiente e imparcial, así lo han declarado el Centro Prodh y la ONU. Además, “afectará a quienes menos tengan para pagar una defensa, a las personas pobres y racializadas que sabemos son detenidas como ofrenda a una aparente justicia”, de acuerdo con Carla Escoffié, docente de la facultad de Derecho en Monterrey.
2.- Juezas y jueces sin experiencia
Ajá, así de absurdo. Cualquier persona licenciada en Derecho con mínimo 8 de promedio, y en la especialidad a la que apliquen mínimo 9 de promedio, podrá postularse para ocupar un puesto judicial.
¿El problema? No todas las universidades cuentan con una alta calidad educativa, ni todas tienen un piso parejo de oportunidades entre géneros. Se perdería la especialización adecuada para juzgar con perspectiva de género, perspectiva de infancias o perspectiva de personas con discapacidad.
Y aunque también se piden cinco años de experiencia en actividades jurídicas, no queda claro qué tipo de actividades ni en qué área.
3.- Tómbola para cargos judiciales
Las personas que quieran postularsea alguna judicatura, magistratura o para ser ministra o ministro deberán entregar su expediente a uno de los tres Comités de Evaluación que se crearán para que se revise si la persona interesada es idónea para la candidatura al puesto.
¿El problema? Que si se excede el número de aspirantes requeridos, los Comités podrán recurrir a la tómbola (sí, como si fuera un juego de azar) para seleccionar los nombres de las personas que aparecerían en las boletas de votación. Además, no se garantiza que haya el mismo número de mujeres y hombres aspirantes.
4.- Voto popular
En 2025, el INEC organizaría las elecciones para que ciudadanos y ciudadanas elijamos ministros de la Suprema Corte, magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, del nuevo Órgano de Administración y a la mitad de los jueces de distrito y magistrados de circuito. Y en 2027 la otra mitad.
¿El problema? Pone en riesgo la autonomía del Poder Judicial porque se corre el riesgo de que jueces y juezas juzguen respondiendo a los intereses de unos cuantos si eso empata con quienes podrían ayudarles a ganar una candidatura. Además, las mujeres serían las más afectadas por las dobles jornadas laborales, pues además de atender su trabajo y a sus hijos e hijas, también tendrían que intentar hacerse espacio para darse a conocer y poder ser elegidas.
5.- Justicia expedita
Se pondrá un plazo máximo de seis meses para la resolución de asuntos fiscales y un año para asuntos penales; de lo contrario, se podría sancionar la demora.
¿El problema? Que actualmente se turnan a cada juzgado aproximadamente 2 mil expedientes, en promedio. Así que lo realmente se necesita es “crear más Juzgados y Tribunales Colegiados para que cada juzgador tenga la capacidad de analizar a fondo los expedientes y poder resolver los asuntos dentro de los seis meses planteados”, dijo el abogado Milton Castañeda al canal de televisión adn40.
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