Ser mujer y lesbiana no debería ser razón para ser asesinada
Roxana, Pamela y Andrea son presuntas víctimas de lesbofeminicidio
Sé que es frustrante saber que una mujer y otra y otra y otra y miles más han sido víctimas de feminicidio, no solo en México, sino en el mundo. Por esa misma razón, no podemos dejar de hablar al respecto, de señalarlo, de nombrarlo. Esta vez hablamos de cuatro mujeres lesbianas atacadas por un hombre argentino.
¿Qué pasó en Buenos Aires?
Dos parejas de lesbianas fueron atacadas mientras dormían en un hotel familiar, en el barrio de Barracas en Buenos Aires, Argentina. Un hombre lanzó una botella llena de líquido inflamable a la habitación de las mujeres; luego le prendió fuego. Roxana, Pamela y Andrea murieron. Sofía es la única sobreviviente, aunque aún se encuentra en recuperación.
Esto ocurrió en un país en el que su propio presidente, Javier Milei, ha criticado las políticas públicas que reconocen la marginalización de las personas LGBTI+, en un territorio donde se registraron 133 crímenes por orientación sexual, identidad y/o expresión de género, tan solo en 2023. Delitos que no solo han ocurrido en Argentina, también en México y el resto del mundo. ¿Por qué?
¿Por qué es tan difícil aceptar que hay quienes prefieren relacionarse con personas de su mismo sexo? ¿Y por qué difundir discursos de odio que llegan a la violencia extrema? No parece tener sentido que nos metamos con la libertad sexual de la gente, con sus derechos individuales; hasta que analizas las creencias de la sociedad.
Lo tradicional no es lo único
Tenía 18 años de edad cuando vi por primera vez a dos hombres besarse y tener relaciones sexuales a través de una pantalla. Se trataba de la película Secreto en la Montaña, en la que los protagonistas, un par de vaqueros, se relacionaban íntimamente. Confieso (con vergüenza) que me dio asco, y no pude soportarlo, no terminé de ver la cinta.
Pero, ¿por qué me causó tanto repele? Porque no era (ni es) lo tradicional, porque no obedecía a la heteronorma, porque hemos crecido con la idea de que lo “normal” es ser heterosexual; es decir, que las relaciones de pareja solo ocurren entre un hombre y una mujer. Y una sociedad homófoba no permite que otras formas de relacionarse estén en el imaginario colectivo.
Hemos crecido en sistemas patriarcales heteronormados que sostienen que lo único aceptable son las relaciones entre personas de sexo distinto. Para muestra, un dato del INEGI: En México 34% de los hombres y 31% de las mujeres encuestadas en 2022 no están de acuerdo con que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.
Además, en México, el pasado 2023 se reportó el asesinato de 43 mujeres trans, 16 hombres gay y al menos cuatro casos de mujeres lesbianas, según un reporte de la organización Letra S, estadísticas que deberían ser recabadas por el Estado.
No permitamos que lo “normal” sea la discriminación, los feminicidios, los lesbofeminicidios, los transfeminicidios. Reconozcamos nuestra “chamba” colectiva de reeducarnos y de deconstruir nuestros pensamientos y prácticas lesbófobas, homófobas, machistas y patriarcales.
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