¿Cómo irte bien de cualquier trabajo?
Ser un buen recuerdo es una forma de quedarse para siempre
Es normal que en algún momento a todas nos toque pasar por cambios laborales, eso puede incluir recortes y también renuncias en pro de crecer y seguir avanzando en nuestra carrera profesional, pero no siempre es fácil hacerlo y tampoco nos explican la manera correcta de hacerlo.
Y es que cuando hablamos de renunciar, no se trata de irte y ya, sino de dejar una buena impresión, no sólo porque esto ayuda a darte paz y sentirte aún más tranquila con tu decisión, sino también porque hacerlo bien es clave para dejar la puerta abierta en cualquier lugar, si es que en algún momento tienes la necesidad de regresar o simplemente para hacerte de una red de contactos que te puedan ayudar con referencias.
Pero, ¿cómo lograr una salida triunfal? Lo primero es que te hagas las preguntas correctas: ¿Me estoy yendo porque ya no me siento feliz aquí? ¿Hay un nuevo proyecto que me apasiona más? ¿Necesito un cambio y seguir creciendo? Identificar los motivos te ayudará a tener claridad y seguridad en tu decisión.
Una vez que estés segura, planifica tu salida. No es lo mismo dejar un trabajo de un día para otro que hacerlo de manera organizada. Avisar con tiempo es fundamental. Lo ideal es dar un preaviso de al menos dos semanas, pero si puedes dar más tiempo, mejor. Esto no sólo demuestra tu profesionalismo, sino que también le da tiempo a tu jefe o al área de RH de buscar un reemplazo. Y aunque no estás obligada hacerlo, siempre será de valor que recomiendes a alguien que creas que puede ocupar tu lugar.
Lo siguiente es asegurarte de dejar todo perfectamente ordenado, de tal manera que cualquier persona que llegue en tu lugar, pueda comenzar con las funciones de una forma sencilla. No querrás que te recuerden como la persona que dejó un desastre. Termina todos tus proyectos pendientes, organiza archivos y deja instrucciones claras para quien venga después de ti y también para tus equipos.
No olvides despedirte como se debe. Es básico agradecer a tus compañeros y superiores por la oportunidad, ayuda y por el tiempo que compartiste con ellos. Un correo de agradecimiento bien redactado, siempre deja una buena impresión y además, es una buena oportunidad para compartir tu correo personal y dejar puentes abiertos para futuras referencias o conexiones profesionales.
Otro punto importante es no hablar mal de la empresa que dejas ni de tus compañeros de trabajo. Por supuesto que se vale decir si un lugar no está alineado a tus valores o expectativas, pero mantener una queja y odio constante de cualquier lugar del que te vas puede llegar a generar desconfianza.
Y lo que considero más importante: ¡celebra tu decisión! Renunciar no es fácil, por la razón que sea. Así que reconoce tus logros, aprendizajes y permítete sentirte orgullosa y emocionada por lo que viene. Recordemos que cada paso que damos en nuestra carrera es también un acercamiento hacia el crecimiento personal.
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