Por: Velia de la Cruz/Fotógrafas del Norte
¿A qué sumamos cuando nos juntamos?
A lo largo del tiempo a las mujeres nos han sacado de los libros de historia, de las publicaciones y las exhibiciones. Muchas veces, incluso, se han apropiado del trabajo que hacemos y nos han reducido al uso de un seudónimo o al anonimato. A pesar de no estar en la misma situación de vulnerabilidad, a la mayoría de nosotras nos ha afectado la invisibilidad, la precariedad, el poco reconocimiento, el tardío acceso a las instituciones y los derechos que no se respetan.
Conocer el pasado de donde se nos excluyó sirve para no cometer los mismos errores. Tenemos que hablar más de lo que hacemos las mujeres y uno de los retos más grandes a los que nos enfrentamos es: ¿Cómo hilar y sumar la historia de todas?
Como fotógrafa puedo decir que en las redes sociales muchas de nosotras hemos encontrado una forma de hacer alianzas con otras mujeres de lugares que ni siquiera conocemos, pero con las que por alguna u otra razón encontramos similitudes, tejemos a partir de la diferencia, exploramos y hacemos comunidad.
Algunos ejemplos de mi ámbito son: Fotógrafas Latam, Women photography History, Wopha, Fotógrafas en el mundo, Femgrafía, Cuerpas reales. Hinchas reales y Fotógrafas del Norte. Tengo el placer de decir que soy la creadora de este último proyecto y a través de él difundimos perfiles de colegas que viven o radican en el norte de México y la frontera con Estados Unidos; buscamos mapear y acotar la presencia de las fotógrafas en plataformas que contribuyen e inspiran la creación de otras personas con intereses comunes. Lo que queremos es tener una mayor presencia en el circuito fotográfico, mejorar las circunstancias bajo las que producimos y creamos, y acortar las brechas generando oportunidades para las mujeres.
¿Cuándo se fortaleció la colectividad?
Luego del #MeToo, la marcha del 8 de marzo en el 2020 y la pandemia, la difusión de la mirada de las fotógrafas y la exigencia de la participación solo de mujeres en las coberturas y documentación de protestas feministas dio un empuje que ya se venía venir. Muchas salieron a las calles con sus cámaras organizadas en grupos. Sus fotos ahora son publicadas en los espacios que te mencioné hace unas líneas para dar a conocer su trabajo y lo que está sucediendo. En ellos difundimos y promovemos las fotografías y proyectos, y tratamos de exponer los retos que enfrentamos para hacer crecer y mantener estas plataformas desde la autogestión.
Más por hacer…
Algunos otros frentes mediante los cuales podemos avanzar en conjunto son la difusión, la investigación, el ámbito político, la creación de espacios y la socialización de saberes. Todo esto para lograr que se nos pague más, que nuestro trabajo sea más reconocido y visible. No siempre podemos estar de acuerdo entre todas, pero seguro sí podemos preguntarnos: ¿Nosotras qué podemos hacer o qué nos toca hacer?
Colectividad también es recuperar la historia que nos estábamos perdiendo
¡Tenemos que hablar de Rosenda Villanueva!, fotógrafa norteña pionera, mexicana, nacida en Doctor Arroyo, Nuevo León. ¿Te suena? Muy probablemente no. Entre la población regia tampoco suena mucho su nombre, salvo a pocos que están relacionados con la fotografía en Nuevo León o son habitantes de Doctor Arroyo y que han conseguido unos de los pocos ejemplares del libro Rosenda Villanueva Pardo, una fotógrafa del sur de Nuevo León de Enrique Tovar Esquivel o que vieron un corto que, junto con Fotógrafas del Norte, he tenido la oportunidad de proyectar en un par de lugares.
Desde hace más de veinte años conservo una revista Posdata que publicó una entrevista a Josef Koudelka, fotógrafo de la agencia Magnum. Una de las fotos en blanco y negro que la acompañaba es Jarabina (Eslovaquia), tomada en 1963. En el centro de esa imagen aparece una mujer muerta, tendida y rodeada de una veintena de personas: niñas, niños y adultos en un velorio. Hoy, cada vez que la veo, pienso en fotos tomadas por Rosenda, como la de Muerte niña que tomó en Doctor Arroyo.
Qué bonito hubiera sido ver esa fotografía en la retrospectiva de Koudelka de aquellos años y poder sacar a colación las fotografías postmortem que son parte del archivo de Rosenda. No lo digo con el afán de compararla con Josef, sino como un ejercicio de imaginación. Es real que muchas fotógrafas nunca se han mencionado en pláticas en donde su nombre y su trabajo cabían. Hubieran podido ser referencias locales de algo que la comunidad fotográfica estaba haciendo y exponiendo a nivel mundial.
Ahora, gracias a proyectos como Fotógrafas del Norte, el trabajo de Rosenda ha comenzado a ser reconocido. Este año la fotógrafa cumpliría 101 años. Su familia, amigas, amigos y otras colegas hemos conformado una red de apoyo para, poco a poco, ir sacando sus obras a la luz.
Sobre la autora
Velia de la Cruz es fotoperiodista chihuahuense radicada en Monterrey, Nuevo León, y fundadora de Fotógrafas del Norte.
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