Por: Mag Mantilla/Tallercitas Feministas
¿Te han mentido? ¿Tú has mentido? Es casi imposible negar estas preguntas, porque vivimos en una sociedad donde la mentira está naturalizada, es decir, se ha vuelto el pan de cada día, al grado de que mucha gente la ocupa para relacionarse, o peor aún, para lograr prestigio, fama, estatus, fortuna.
A la vuelta de la esquina tenemos el reciente caso viral de Marilyn Cote, abogada que se hacía pasar por psiquiatra y hasta medicó a infinidad de pacientes, incluso menores de edad, arruinando sus vidas por medio de diagnósticos erróneos y medicamentos que hoy causan los estragos en los cuerpos y vidas de quienes engañó.
Así se cuela a la conversación cómo solemos entregar nuestra confianza a las personas especialistas, al grado de que se vuelve ciega, confiamos ciegamente en la recomendación solo de boca o en el portal de internet más reconocido para buscar médicas y médicos especialistas, olvidamos nuestra capacidad curiosa y crítica. Le otorgamos tanto valor a esa gente, que olvidamos que también son humanos, se equivocan o con alevosía y ventaja nos pueden mentir.
Y es que, la mentira engaña, daña, traiciona y decepciona; sin embargo, con todo y su lazo ineludible al malestar está siempre latente y patente, en todos los ámbitos de la sociedad, porque recordemos que la estructura social se refleja en nuestra cotidianidad, por ello es importante ser conscientes de cómo funciona dicha estructura, para transformarla armónicamente.
Puede ser desde diferentes enfoques, a mí uno que me apasiona es el feminista, mismo que parte del análisis del patriarcado, ese que dicta la dominación masculina y la subordinación femenina.
Gracias al análisis feminista he logrado las autonomías en mi vida no sólo la corporal y económica, sino la social, cultural, política y emocional, así he comprendido que la mentira es violencia patriarcal, porque es posible gracias al sistema de jerarquías que promueve el patriarcado, provocando con la mentira que de por medio se vulnere a quien se engaña, ocasionando gaslighting (abuso psicológico en el que se hace que la víctima dude de la realidad), coerción (presión para forzar la voluntad) y manipulación, dañando irreparablemente la vida de una persona.
Por lo anterior, tengo la certeza de que nunca debo permitir que nadie se relacione conmigo desde la mentira, pues atenta contra el derecho básico de vivir una vida digna libre de violencia en cualquiera de sus formas.
Adrienne Rich y Luisa Muraro, teóricas feministas, han abordado el tema de la mentira patriarcal y la verdad de las mujeres; ambas coinciden en la importancia de la verdad de las mujeres, aquella que surge de nuestros deseos más transparentes, no tergiversa, ni engaña u omite con silencios, pues surge cuando partes de ti, cuando te escuchas y sabes que mentir sería traicionarte a ti misma, por lo que ponderas tu sentir sin querer agradar a nadie más, porque te vuelves tu máxima prioridad y descubres tu verdadera libertad: ser tú misma.
Sobre la autora
Mag Mantilla estudió la licenciatura en Sociología y es maestra en Estudios de la Mujer. También es profesora de docentes universitarios y apasionada tallerista desde la pedagogía de la ternura radical. En 2020 creó Tallercitas Feministas.