‘Nadie me verá llorar’ de Cristina Rivera Garza: fuerza de las mujeres
La escritora tamaulipeca Cristina Rivera Garza, reconocida con el Premio Pulitzer, ha vuelto a darle vida a una de sus obras más significativas: Nadie me verá llorar. La novela, publicada originalmente en 1999, marcó un antes y un después en su carrera, y ahora, 25 años después, vuelve a las manos de nuevas generaciones.
Durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Cristina compartió cómo fue revisitar este libro que sigue abordando temas tan vigentes como el género, la violencia y la salud mental. “El libro ya es maduro”, comentó la autora con una sonrisa, “pero las preguntas que plantea siguen siendo igual de relevantes”.
En esta reedición, Cristina reafirma su interés en resaltar a las mujeres de la historia, especialmente a Modesta Burgos, la protagonista. Pero también a figuras como Diamantina Vicario, mujeres que, según la autora, “luchan por hacerse un espacio en una ciudad que constantemente las limita”.
Hablando sobre el proceso creativo detrás de la obra, Rivera Garza destaca la importancia del trabajo con archivos históricos. En Nadie me verá llorar, incluyó transcripciones de documentos reales de La Castañeda, el famoso hospital psiquiátrico de la Ciudad de México.
“Estos documentos me hicieron cuestionarme mucho: ¿qué podía decir yo como mujer joven investigando la psiquiatría de principios del siglo XX? ¿Qué podía expresar sobre una mujer como Modesta Burgos, migrante, con una vida llena de desafíos y con una constante necesidad de hacerse escuchar?”.
Para Cristina, reeditar este libro no es solo un ejercicio de memoria, sino una oportunidad para abrir diálogos que hoy son esenciales. “Cuando lo escribí, temas como el género, la violencia o la salud mental no tenían la misma visibilidad que ahora. Hoy están en el centro de la conversación, y eso me emociona”.
La reedición de Nadie me verá llorar es una invitación a redescubrir una obra que, a través de su narrativa profunda y personajes complejos, nos recuerda que las historias de lucha y resistencia femenina nunca pasan de moda.
Comenta, comparte, conecta