Por: Ana Victoria Ávila Álvarez/Michis Aborteros
Las mujeres nos damos la mano para saber que no estamos solas
Después de un proceso de aborto lleno de violencias, decidí que toda la rabia que tenía la iba a canalizar en acompañar, que todo eso lo transformaría en ternura para nadie tuviera que atravesar lo que yo pase.
Aunque los procesos de aborto en México cuentan con mayor respaldo legislativo, seguimos siendo las acompañantas quienes realizamos la mayor parte de los procedimientos. La realidad es que en el sector salud aún no existe una atención integral. Los obstáculos en la obtención de información y atención, junto con la falta de capacitación del personal y los estigmas que rodean al aborto, suelen generar riegos, desigualdades sociales, complicaciones graves o incluso la muerte.
La primera vez que atravesé un proceso de aborto, era muy joven y desconocía muchas cosas sobre el tema. Viví una situación llena de violencias. El Estado pudo proporcionarme el medicamento de forma gratuita, pero no atendió mi denuncia por abuso sexual, ni me ofreció apoyo psicológico. Fue una acompañante de abortos quien estuvo conmigo; no solo me dio las indicaciones necesarias, estuvo ahí para sostenerme. Más adelante, fue ella misma quien me capacitó para que yo también me convirtiera en acompañanta.
Desde hace más de 9 años, mujeres y personas gestantes me han permitido formar parte de sus decisiones. Ya sea abortar o no, he acompañado diversas situaciones y cada aborto es único, con nuevos retos que abordamos desde la empatía, el amor, el respeto y la dignidad. Las acompañantas contamos con una formación extensa en temas legales, médicos, ancestrales y psicológicos; sin embargo, muchas veces nuestro trabajo voluntario no es reconocido, se estigmatiza, invisibiliza, se nos atribuyen términos amarillistas u ofensivos, e incluso hemos llegado a ser criminalizadas.
Aun con todo esto, las acompañantas de aborto resistimos. Creamos redes, como Michis Aborteros, para apoyarnos mutuamente y luchamos por el aborto libre, digno, seguro y gratuito, con la esperanza de que, algún día, no tengamos que seguir luchando, sino simplemente estar para la otra.
Si te interesa acompañar, acércate tú a red de confianza, puedes capacitarte a través de talleres y conferencias, o crear tu propia red, cada paso es resistencia, cada acto de amor es revolución.
Sobre la autora
Ana Victoria Ávila Álvarez es diseñadora gráfica, tallerista, activista por los derechos sexuales y reproductivos, acompañanta de abortos y cofundadora de la colectiva autogestiva Michis Aborteros.
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