Comportamientos que nos dejan dormir tranquilas
Puedes dormir en paz sin tener que contar ovejas...
Hay noches en las que, después de acostarme, mi mente sigue dando vueltas. Las preocupaciones, los pendientes y esa lista interminable de "debería haber hecho esto" pueden robarnos el descanso. Sin embargo, existen pequeñas acciones diarias que, cuando las integramos a nuestra vida, nos brindan la paz necesaria para dormir con tranquilidad. Se trata de comportamientos que nos conectan con nuestra esencia y nos recuerdan que, al final del día, hicimos lo mejor que pudimos.
Creo que una de las claves para sentirnos en paz es ser fieles a nuestros valores. La vida constantemente parece exigirnos ser todo para todas las personas, pero mantenernos auténticas con quienes somos y los que creemos nos da un poder y tranquilidad únicos.
Decir que NO cuando es necesario, defender nuestras ideas y actuar con coherencia nos permite sentir que estamos en el camino correcto. Y eso, créeme, es un apapacho para el alma cuando nuestra cabeza toca la almohada.
A la lista de acciones que nos ayudan a descansar tranquilas sumaría el de practicar la empatía. En nuestra rutina diaria, olvidamos el impacto que pueden tener nuestras palabras y acciones en los demás. Ser amables, escuchar activamente y brindar nuestro apoyo sincero, nos permite sentir que hemos contribuido de alguna manera a hacerle el día más llevadero a alguien más. Esa sensación de haber sido parte de algo positivo, por pequeño que sea, nos llena de satisfacción y calma.
La gratitud también juega un papel importante, es más, creo que EL MÁS importante. Y es que nos concentramos tanto en lo que falta o en lo que no salió como queríamos, que olvidamos lo afortunadas que somos. Al terminar el día, tomarnos un momento para reconocer las bendiciones, los aprendizajes y hasta los chispazos del día, puede marcar la diferencia entre una mente inquieta y un corazón sereno.
Cuidar nuestras relaciones también es un factor clave para dormir en paz. Evitar conflictos innecesarios, resolver malentendidos y expresar nuestros sentimientos con honestidad, son comportamientos que nos aseguran que estamos haciendo lo correcto, primero por nosotras mismas y luego, por los demás. Una disculpa a tiempo o una palabra amable puede ser el mejor remedio para evitar esas noches en las que los remordimientos no nos dejan descansar.
Por último, honrar nuestras necesidades emocionales, físicas y mentales. Establecer límites saludables, saber cuándo parar, descansar y recargar energías es un acto de amor propio que nos garantiza un descanso reparador.
Al final del día, dormir tranquilas no se trata de tener todo bajo control o haber marcado cada tarea de la lista. Se trata de haber sido buenas personas, de haber actuado con honestidad, empatía y gratitud. Es saber que, a pesar de los retos y las imperfecciones, hicimos lo mejor que pudimos con las herramientas que teníamos.
Así que, cuando cierres los ojos esta noche, pregúntate: ¿Fui fiel a mis valores? ¿Aporté algo positivo al mundo? Si la respuesta es sí, entonces puedes dejar las preocupaciones a un lado y descansar y si sientes que te faltó algo por hacer, te espera un día nuevo para volver a intentarlo.
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