Cumplir años: ¿celebrar o sobrevivir a la vida adulta?
A mayor edad, ¿menos sueños y más responsabilidades?
En honor al título de esta columna, pues un poquito de las dos, ¿no? Acabo de cumplir años y no supe si quería celebrar por la vida o por sobrevivir medianamente bien a las responsabilidades de la adultez… luego me di cuenta de que una no está peleada con la otra y que, básicamente hasta son la misma cosa.
Y es que, en un pequeño estudio realizado por mí en el que los participantes son conocidos, llegué a la conclusión de que “entre más creces menos te entusiasma cumplir años” y no es porque a una no le emocione seguir viva, sino porque crecer también implica tener más responsabilidades, que en determinado momento veías muy lejanas, pero que ya son toda una realidad. ¿Te ha pasado?
En la niñez y adolescencia, nuestras obligaciones son limitadas, y los cumpleaños representan un respiro de la rutina escolar y una oportunidad para sentirnos especiales. Pero cuando somos adultas la cosa cambia; el trabajo, la familia, las finanzas y otras preocupaciones ocupan gran parte de nuestra energía mental y emocional. Celebrar un cumpleaños puede parecer una tarea extra más que una cosa festiva. Por eso siempre recurrimos al “no tengo ganas de celebrar”.
Cumplir años también nos enfrenta al golpe del envejecimiento. En una sociedad que valora la juventud, cada año que pasa puede sentirse como una pérdida más que una ganancia, sobre todo si eres mujer. Esta perspectiva negativa está alimentada por estereotipos sociales que nos recuerdan todo el tiempo “la decadencia” que conlleva envejecer.
Y por último, creo que cuando somos jóvenes, tenemos esta idea de que cada cumpleaños es una nueva oportunidad para descubrir y experimentar cosas nuevas. Incluso nos permitimos soñar mucho más.
No es fácil evitar esta sensación pero ¿qué pasaría si en lugar de ver los cumpleaños como un recordatorio del envejecimiento, de las metas que no hemos alcanzado o de las responsabilidades que nos faltan, celebramos nuestra existencia y los logros que sí tenemos? Que ese día especial sea para ti un testimonio de tus experiencias, aprendizajes y crecimiento personal.
Encuentra maneras de abrazar y festejar lo que es significativo para ti, porque al final, la clave está en reconocer que cada año vivido es una bendición y una oportunidad para seguir creciendo.
Hay que tener claro que no existe una edad ideal en la que vamos a estar preparadas para algo específico, tampoco existe una edad para dejar de equivocarnos y mucho menos existe una edad en la que vamos a tener todo resuelto.
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