Diagnósticos médicos fuera del consultorio
Tu salud merece una consulta médica
En una ocasión una amiga cercana me pidió ayuda para tratar un tema médico de una subespecialidad de Ginecología. Para evitar que fuera con un colega, le pidiera estudios y volviera a regresar con ellos, se me hizo fácil decirle “tomate estos estudios y con ellos sacas cita”.
El problema fue que esos estudios salieron muy mal y que San Google la llenó de mucha angustia. Me avisó de ellos en un momento en el que me fue imposible contestar y cuando lo pude hacer, y la explicación que le di no fue lo suficientemente larga por el corto tiempo que disponía. Ella en la desesperación decidió ir con el primer doctor que le dio cita ese mismo día, que no tenía la experiencia ni el conocimiento que tenía el colega original con el que la iba a mandar.
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¿Han escuchado que la Medicina es un arte? Hace 20 años que ingresé a la Facultad de Medicina de la UNAM la oí de uno de mis profesores y me pareció una frase cursi y soberbia. Actualmente es mi mantra. No es suficiente dar un diagnóstico acertado, es imprescindible que la paciente lo acepte lo entienda y se brinden opciones de tratamiento personalizadas.
Las emociones en las consultas médicas tienen mucha importancia para lograr el acercamiento con una paciente; las miradas y los gestos son expresiones forman parte del proceso de aceptación de un diagnóstico. Todo esto es imposible si el diagnóstico lo damos por teléfono, Whatsapp o redes sociales.
Cuando se toma una decisión médica, juegan muchos factores como la actitud de la paciente, el dinero y recursos con los que se cuenta, y el personal disponible, por eso cuando me preguntan, ¿estuvo bien que el doctor me hiciera una cesárea?, mi respuesta siempre es: no puedo contestarte dado que no estuve ahí.
Los errores como doctoras siempre existen y aumentan cuando usamos Whatsapp para brindar consulta. Para empezar, como paciente estás totalmente centrado en lo que te pasa, pero no sabes qué está haciendo la doctora: bebiendo, en un ataque de angustia, en su tiempo libre… y eso automáticamente va a hacer que no tenga toda la atención centrada en ti.
La Medicina no es tan fácil como dar síntomas y con eso brindar un diagnóstico o tratamiento. Es importante responder muchas preguntas que por mensaje pueden no ser claras. Incluso al no poder haber una exploración física debes creer al 100% lo que la paciente te dice, que puede exagerar o minimizar los síntomas de acuerdo a la forma de ser de cada quien.
Un ejemplo es el diagnóstico de VPH. Cuando yo tomo una biopsia del cuello uterino, me sería más fácil mandar un correo electrónico con las dos opciones posibles de acuerdo al resultado: seguimiento semestral o cirugía. Nunca lo hago. Prefiero volverlas a ver para saciar todas sus dudas. Por mi experiencia sé con gestos y miradas si tienen incertidumbre, miedo o coraje, y eso me permite a mí brindar posibilidades terapéuticas.
Contrario a lo que se cree, mandar un mensaje por Whatsapp por la angustia que genera leer tus resultados siempre es contraproducente. La doctora, como cualquier ser humano, puede estar atravesando un momento difícil y no contestar con la profesionalidad que la caracteriza. Al no tener el expediente clínico puede omitir información de la paciente que le ayude a dar un manejo médico.
Por último, quiero decirles que la angustia es la peor consejera. Puede causar que nos precipitemos en la toma de decisiones y esto siempre va a repercutir en nuestra vida. También puede que se desgaste la relación médico-paciente al no respetar los tiempos de descanso. Tu salud merece desenvolverse en un lugar con profesionalismo y eso debe ser en una consulta médica.
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