La edad ideal para embarazarte
El momento perfecto no existe
Hace 50 años, en Reino Unido, se comenzó a desarrollar el diagnóstico prenatal a través de técnicas invasivas como la amniocentesis. De acuerdo con las estadísticas vigentes de ese país en ese momento, el número de mujeres que se embarazaba a los 35 años o más, era mucho menor que las menores por lo que se determina que esa edad sería su punto de corte para realizar la amniocentesis y otros estudios para evaluar riesgos.
La edad fue una referencia para probar que existía mayor riesgo de enfermedades placentarias, diabetes gestacional, cromosomopatías, cesáreas y resultados perinatales adversos. Es importante recalcar que no significa que a los 34 años no existan riesgos. De hecho, puedes embarazarte a los 28 años y por tus características personales presentar más riesgo de ciertas patologías que una mujer de 38 años que no tenga tus condiciones. Es decir, la medicina se debe individualizar para no brindar una solución simplista.
Hoy en día, con la búsqueda de las mismas oportunidades laborales y profesionales de las mujeres en comparación con los hombres, se presenta con más frecuencia el retraso de la maternidad. Es verdad que el cuerpo envejece y con esto puede presentar enfermedades propias de la edad, pero también es cierto que lo ideal para una maternidad es que se encuentre en un equilibrio en el ámbito físico, psicológico y social; ese punto es diferente en cada una de las mujeres que desean embarazarse.
Implicaciones de la maternidad
La maternidad implica un giro radical en tu vida. Absolutamente TODO cambia: tu cuerpo, tu rutina, tus horas de trabajo, tu tiempo libre. Por un lado queremos nuestro desarrollo profesional que muchas veces se enlentece o se dificulta con la crianza de un bebé.
También es cierto que entre más joven eres, menor posibilidad hay de que aparezcan enfermedades y complicaciones, pero no debemos dejar de lado que tener un estilo de vida activo, llevar una alimentación saludable; procurar nuestra salud mental y física, y defender un descanso efectivo, mejoran el resultado perinatal independientemente de la edad.
Congelar óvulos nos da la aparente tranquilidad de retrasar la maternidad, pero una cosa es que tengas los óvulos “jóvenes” y otra es que pueda implantarse y que estés gestando un bebé en un cuerpo más envejecido. Además, el proceso de obtener los óvulos requiere altas dosis de hormonas que pueden hacerte sentir física y emocionalmente mal durante el proceso. No olvidemos tampoco que el uso de técnicas de reproducción asistida aumentan el riesgo de que el feto presente condiciones genéticas como los síndromes de Beckwith Wiedemann, Angelman o Goldenhar.
Mayor información, mejores decisiones
Con esta información pretendo que tomes la decisión de embarazarte entendiendo que no tenemos seguro nada. Por un lado, la posibilidad de retrasar la maternidad y al final no poder lograrlo; o adelantarla y arrepentirte de ello, por el otro. Creo que al final buscamos tener todo y a veces eso es complicado lograrlo, o francamente imposible.
Debemos seguir buscando mejores oportunidades para combinar el embarazo con nuestra vida profesional y laboral, tener más facilidades para poder juntar estos dos mundos en lugar de discriminar a las mujeres en caso de que se embaracen o presionar a las que no quieren hacerlo porque están disfrutando una etapa de su vida. Se debe incidir desde las políticas públicas, el tiempo de incapacidad, la necesidad de la incapacidad paterna, el apoyo en la crianza.
Pero sí puedo compartirte una certeza: las dudas nunca se acaban y los momentos ideales no existen. Solo la información abundante y un entorno de apoyo, nos ayudan a que las decisiones sean menos abruptas y nuestra vida más cariñosa.
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