El poder de la NO reacción
Se trata de una elección consciente
Estoy segura de que al menos una vez en la vida, has pasado por esa reacción inmediata ante una situación que te molesta o te afecta. Si no se te viene nada a la mente, recuerda la última vez que algo o alguien te “prendió la mecha” y tuviste la necesidad de responder con un comentario agresivo o hiriente que te hizo sentir “triunfante” en ese momento, pero que más tarde te llevó al remordimiento.
Aquí es donde entra el poder de la NO reacción. Y es que precisamente, reaccionar a cada cosa negativa o “mala” que nos pasa, implica un gasto enooorme de energía, es agotador en todo sentido y muchas veces nos impide ver lo bueno que podemos sacar de cualquier situación.
No recuerdo en dónde leí que el tamaño del drama que hacemos por algo irrelevante, es directamente proporcional al tamaño de nuestro ego. Porque vamos por ahí pensando que necesitamos alardear y súper reaccionar ante lo que no nos gustó. ¿Te hace sentido?
Hay veces en las que podemos y necesitamos vivir ciertas experiencias desde un papel de observador. Primero, para revisar qué nos está detonando y por qué, pero también para identificar lo que podemos aprender de eso.
Ojo, me parece muy importante aclarar y entender que NO REACCIONAR, no significa que estemos de acuerdo con la situación, que no nos importe, que no nos duela o que no nos afecte, sino que decidimos conscientemente elevarnos sobre la situación y darle prioridad a nuestra paz.
Cuando nos enfrentamos a situaciones desafiantes, ponemos a prueba nuestra capacidad de introspección pues en lugar de dejarnos llevar por la emoción del momento, podemos frenar, dar un paso hacia atrás, respirar profundamente y evaluar lo que sucede desde un punto de calma.
Esta pausa nos da la oportunidad de “responder” de manera más efectiva, para evitar lamentarnos más tarde. Sobre todo, tomando en cuenta que hay personas que tienen una profunda necesidad de tener la razón, siempre. ¿Por qué quieres discutir o hablar con una pared?
Si te has identificado o hasta descrito como una persona impulsiva, tal vez esta es la señal que necesitas para reconocer tus propias emociones y esforzarte en guardar tu energía para librar batallas que sí la necesitan.
La no reacción es una gran herramienta emocional y un increíble recordatorio de que, al final de cuentas, somos nosotras quienes tenemos el poder de elegir cómo enfrentamos al mundo que nos rodea y a las personas que habitan en él.
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