¿Embarazada o máquina de gestar?
No hay gestaciones perfectas, hay gestaciones reales
Atento aviso: si estás en tu primer embarazo o acabas de salir de él, seguramente te sentirás identificada con las siguientes líneas. También quiero decir que el embarazo debe ser una elección, decidir no hacerlo también es algo normal, natural y respetable: el cuerpo es de una.
Vamos desde el principio: del embarazo sabemos poco de los detalles, pero tenemos una expectativa muy idealizada. Es muy sencillo: el embarazo nos cambia todo, la dieta, el ánimo, el cuerpo. En términos generales nos emociona porque es el resultado de un camino personal o de vida en pareja que supone llevar la vida a un “siguiente nivel”.
Muchas de las que deseamos convertirnos en madres, nos hemos visualizado durante el embarazo: vemos emoción, esperanza y hasta escenas de película romántica… Pero realmente se parece más a una cinta de aventuras.
Dejemos el “fetocentrismo”
El embarazo nos cambia y no existe algo así como el embarazo perfecto. Es más: no existe una emoción correcta. Durante esa etapa se vale sentirse temerosa, frustrada, enojada, como dice el meme “no hubiera hecho esto”, porque básicamente hay un cuerpo ajeno creciendo dentro de nosotras, una persona extraña con la que conviviremos, en el media de los casos, durante al menos 37 semanas las 24 horas del día, y crecerá por el alimento que tome de nosotras. Pfff.
Además, hay un detalle: nos sometemos a la experiencia de las personas cercanas. Todas tienen una opinión, una experiencia qué compartir, un consejo que nadie solicitó; también hay que entenderlo: el embarazo es un evento memorable por la buena o la mala experiencia en la vida de las personas que lo experimentan. Es un momento complicado: casi nadie emite juicios y recomendaciones desde la mala fe. Incluso, viéndolo desde una perspectiva del cariño, la emoción que produce la llegada de un nuevo integrante a una comunidad es un rasgo comunitario muy hermoso.
Pero hay una cosa que padecen muchas embarazadas: la despersonalización. De pronto todo sucede desde el “fetocentrismo”, es decir, las preguntas y atenciones las determina bebé. Grave error: las madres en todo momento son el personaje principal. Es la salud mental, emocional y física de ellas la que determina la de bebé.
Un embarazo, por más normalizado que lo tengamos, es un suceso familiar y biológico, una experiencia muy violenta para el cuerpo porque exponemos la vida, y desde lo celular hasta lo emocional sufrimos cambios profundos en un tiempo muy corto. Cuando acompañemos un embarazo, acompañemos a la madre, cuidemosla, entendamos que los antojos y el malhumor son naturales y tienen una explicación: es una persona que está situación de vulnerabilidad y que solo nos pide tener una mano cerca y ser un apoyo constante.
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