Por Marina Armendares/Capitelle Finance
Nos han educado para pensar que el amor y el dinero no tienen nada que ver. Es más, hasta creemos que, donde hay amor, el dinero no importa. Pero la realidad es muy diferente. El dinero no solo es importante, sino que la manera en que lo tratamos en nuestras relaciones puede fortalecerlas o dañarlas profundamente.
Para entender esto, hay que partir de la base de que el dinero es neutral: no es ni bueno ni malo. El dinero es una energía, una herramienta, un medio y un lenguaje. Es por esto que su impacto constructivo o destructivo no puede adjudicarse al dinero en sí mismo, sino a la manera en que es intencionado y utilizado por las personas. En lo que se refiere a las relaciones, el dinero puede ser usado de manera consciente o inconsciente para cuidar, validar, contener, impulsar o controlar a las demás personas.
La manera en que usamos el dinero está influenciada por muchos factores: nuestras creencias, la historia financiera de nuestra familia, nuestros propios miedos, deseos y otras experiencias internas muy intensas. Cuando consideramos que cada persona tiene su propia relación con el dinero que es multifactorial, profunda y muy cargada de emociones, es fácil entender por qué los temas financieros pueden ser kryptonita para nuestros vínculos.
Para evitar que las fricciones financieras lastimen nuestras relaciones, hay dos temas centrales a los cuales podemos poner atención: nuestra capacidad de hablar de dinero y nuestro conocimiento financiero.
Hablar de dinero, un músculo que hay que trabajar
Hablar de dinero no siempre es fácil, ni siquiera con nuestras personas más cercanas, con quienes tenemos confianza. Hablar de lo que ganamos, gastamos o ponernos de acuerdo en temas financieros puede hacernos sentir incómodas, no porque este tipo de conversaciones sean inherentemente desagradables, sino porque hemos aprendido, consciente o inconscientemente, a mantener estos temas en secreto.
Hablar de dinero es un músculo que hay que trabajar; entre más lo hagamos, más fuertes nos vamos a sentir y más fácil se nos hará. Una gran manera de empezar es escoger a una persona cercana con quien te sientas segura y proponerle tener conversaciones exploratorias acerca de sus vidas financieras.
Si no sabes cómo iniciar estas conversaciones, puedes usar preguntas abiertas y curiosas para ir agarrando confianza. Algunas ideas son:
- ¿Qué aprendiste sobre el dinero cuando eras niña?
- ¿Cuál fue tu primera experiencia significativa relacionada con el dinero?
- ¿Cómo decides en qué gastar tu dinero?
- ¿Qué es lo que más valoras al usar tu dinero?
- ¿Qué hábitos financieros te gustaría mejorar?
- ¿Cómo te hace sentir hablar de dinero?
- ¿Cómo manejaban el dinero tus padres o cuidadores?
- ¿Qué creencias tienes sobre el dinero que sientes que te limitan? 9. ¿Qué rol juega el dinero en tus relaciones más cercanas?
- ¿Qué es algo nuevo que te gustaría aprender sobre finanzas?
En segundo lugar está el tema de la educación financiera. En la mayoría de las familias, el dinero no se maneja de forma abierta ni equitativa. Y una de las razones para esto es la disparidad no sólo en ingresos, sino también en conocimientos. En especial, las mujeres tendemos a recibir menos educación financiera tanto formal como informalmente. Por muy moderna y justa que pueda ser nuestra familia, la sociedad y la cultura siguen excluyendo a las mujeres de temas financieros, lo que genera un rezago respecto a nuestras parejas, hermanos, amistades o socios.
Es por esto que buscar información, apoyarnos en otras mujeres y animarnos a aprender juntas sobre estos temas son pasos clave no sólo para ganar confianza y tener más control sobre nuestras finanzas, sino toambién para proteger nuestras relaciones de resentimientos y desgastes.
Sobre la autora
Marina Armendares es licenciada en Psicología, maestra en Neuropsicología Clínica y Professional Certified Coach-CPC por iPEC. Es socia fundadora de 1 up Coaching, una firma de coaching que ofrece programas de potenciación de capital humano a diversos tipos de organizaciones y cofundadora y head coach de Limitless High Performance Coaching, la primera comunidad de desarrollo personal para emprendedores de Latinoamérica.
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