Los 5 pilares universales de la autoestima
Hay que dejar de comprometer nuestra valía y seguridad
En algún momento, ya sea por cambios físicos o emocionales, todas ―en mayor o menor medida― hemos visto comprometida nuestra autoestima, que no es otra cosa más que esa esencia que define cómo nos vemos y valoramos a nosotras mismas.
A lo largo de mi vida, he aprendido que para desarrollar una autoimagen saludable, es esencial nutrir y fortalecer los cinco pilares universales en los que está cimentada la autoestima, por eso aquí te voy a compartir cuáles son.
El primer pilar es vivir de manera consciente. Al encontrarnos atrapadas en la rutina, dejamos que los días pasen sin prestar atención a nuestros pensamientos y acciones. Cuando decidimos vivir conscientemente, nos esforzamos por estar presentes en cada momento, analizando nuestras decisiones y reflexionando sobre nuestras experiencias. Este nivel de conciencia nos permite crecer y aprender, evitando que repitamos errores del pasado.
El segundo pilar, la autorresponsabilidad, es la base sobre la que construimos nuestra vida. Reconocer que somos responsables de nuestras decisiones y acciones nos da un poder inmenso. No podemos culpar a otros por nuestros fracasos ni esperar que resuelvan nuestros problemas. Esta mentalidad nos impulsa a tomar el control de nuestro destino y a trabajar activamente para alcanzar todo lo que nos propongamos.
La autoasertividad es el tercer pilar. Durante muchos años, me resultó difícil expresar mis pensamientos y necesidades de manera clara y respetuosa. Sin embargo, aprendí que ser asertiva no significa ser agresiva, sino ser auténtica conmigo misma y con las demás personas. Al comunicar mis deseos y establecer límites, me aseguro de que mi voz sea escuchada y respetada.
Tener un propósito de vida es el cuarto pilar. Me he dado cuenta de que vivir sin un propósito claro es como navegar sin rumbo. Identificar pasiones y establecer metas significativas da dirección y sentido de propósito. Este propósito motiva a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles, y proporciona una sensación de realización y satisfacción.
La integridad personal, el quinto y último pilar. Implica ser fiel a nuestros valores y principios, incluso cuando nadie nos está viendo. En un mundo donde la tentación de comprometer lo que creemos es constante, mantener nuestra integridad da una paz interior incomparable. Saber que actuamos de acuerdo con nuestros valores, es uno de los mayores signos de respeto.
Y si pudiera agregar uno más, sumaría el sentido de autorrealización. Que es aquel que nos permite estar orgullosas de nuestro camino y reconocer nuestros triunfos por muy pequeños que sean.
Creo que cuando tenemos bien trabajados cada uno de estos pilares, difícilmente caemos en rachas de tristeza profunda o victimización, porque estamos muy por encima de los desafíos constantes que nos presenta la vida. Recordemos también que el proceso de construir una buena autoestima es un viaje continuo de crecimiento y autodescubrimiento. Así que… ¡date chance!
Esta columna fue redactada con información del libro 101 Essays That Will Change The Way You Think, de Brianna Wiest.
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