Los tres tipos de personas que entran en tu vida
Esta ley espiritual puede ayudarte a entender mejor tus relaciones
Hace unos días escuché una gran reflexión espiritual que habla sobre los tipos de personas con las que vamos a relacionarnos a lo largo de nuestra vida y por qué es importante que aprendamos a identificarlas. Si bien, la explicación tenía cierta inclinación por las relaciones amorosas, me parece que puede aplicarse para cualquier tipo de vínculo.
Esta “ley espiritual” indica que las personas pueden ser un espejo, una puerta o una ventana y que de acuerdo a sus características, tienen la capacidad de ayudarnos a transformar nuestra vida. Estoy segura de que te pasará como a mí y conforme vayas leyendo la descripción de cada una, te acordarás de alguien.
¿Quién es un espejo? Suena obvio, pero sería aquella persona que llega a nuestra vida para reflejar las partes que no nos gustan o que necesitan ser sanadas. Se conocen también como relaciones kármicas y se dice que despiertan sentimientos muy profundos en nosotras para ayudarnos con trabajo interno y cuando terminan esta “enseñanza”, se van.
¿Quién es una ventana? El o la que aparece para mostrarnos todo lo que es posible y de todo lo que somos capaces. Son una representación de la analogía “una ventana de posibilidades”. ¿Recuerdas cómo se siente observar la vida o un bonito paisaje a través de una ventana? Pues en teoría, esa misma energía es la que deberían dar estos seres. Nos enseñan a apreciar, valorar y a tener otra perspectiva de lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Quién es una puerta? Es todo el que llega a nuestra vida para quedarse. Su objetivo es cumplir un propósito mayor y específico. La conexión que tenemos con estas personas se basa en que nosotras también podamos aportar o sumar algo a su propósito de vida.
No se trata de ir por ahí catalogando a las personas, sino de entender cómo funciona nuestra interacción con ellas para tener bienestar emocional. Buena o mala, cada interacción nos puede dejar lecciones muy valiosas que influyen en el crecimiento personal, profesional y mental.
Identificar las cualidades de quienes nos rodean y de quienes llegan a nuestra vida, es vital si queremos construir relaciones sólidas y evitar las dañinas. Aunque no nos gusten, los encuentros difíciles, pueden capacitarnos para establecer límites saludables. Y entonces, también podemos cuestionarnos si en la vida de los demás queremos aparecer como un espejo, una ventana o una puerta.
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