No me quiero casar, y mis amigas tampoco
Ya sé que mis amigas y yo no somos “todas las mujeres mexicanas” pero definitivamente abonamos a la disminución del 22 % en la tasa de matrimonios en México, en los últimos nueve años. ¿Qué me gustaría? Vivir en pareja, pero esa es otra historia.
Pongámoslo en perspectiva… Mi abuela huyó de casa con su primer novio con tal de dejar atrás la carga laboral del hogar a la que era sometida por ser mujer. Otras de la época fueron robadas por el novio y otras más vendidas. Hoy, la mayoría de nosotras tenemos la oportunidad de elegir si queremos casarnos o no, y muchas estamos decidiendo no hacerlo.
Mientras que en 2014 la tasa de matrimonios era de 7.2 por cada 100 mil habitantes en nuestro país, en 2023 fue de 5.6 matrimonios por cada 100 mil habitantes. Bajó 22 %, de acuerdo con el Inegi. ¡Ah! Y en la Ciudad de México, la tasa es la segunda más baja entre las 32 entidades federativas con solo 3.5 por cada 100 mil habitantes.
Asimismo, la edad promedio en la que se casaron las mujeres en 2014 fue de 27.6 años; en 2023, fue de 31.7. Y la edad promedio de casamiento de los hombres pasó de 30.4 a 34.7 en el mismo periodo de tiempo.
Ellos son los beneficiados
En la sociedad machista en la que vivimos los hombres son los que se favorecen de este tipo de contratos. Las mujeres somos quienes cargamos mayoritariamente con dobles o triples jornadas laborales, dedicando casi tres veces más horas al trabajo no remunerado con respecto a los hombres.
Además, muchas veces las relaciones maritales son desiguales. La estructura patriarcal sigue obligando a las mujeres a permanecer bajo el mandato de su pareja hombre por ser el proveedor económico de la familia. Pues aunque el 40 % de la población económicamente activa de México son mujeres, no ganan lo mismo que ellos. Aunque sí, ya hay más mujeres independientes.
También podemos pensar en nuestras tías, abuelas, bisabuelas y/o madres que experimentaron algún tipo de violencia por parte de su pareja y a pesar de ello decidieron permanecer en matrimonio por el “qué dirán”. O cuántas de ellas se vieron obligadas a quedarse por miedo a represalias o debido a la violencia económica que sufrían por parte de sus maridos. Cero motivación.
Divorcios en aumento
Afortunadamente, cada vez más parejas deciden separarse y no seguir soportando violencias, de ser el caso. Según la Estadística de Divorcios, de 2014 a 2023 la relación de divorcios por cada matrimonio ha aumentado en 13 puntos porcentuales. Pasó de 19.6 a 32.6 separaciones por cada 100 casamientos.
Decirle no al matrimonio es una decisión política, es rechazar el sistema patriarcal con el que nos obligan a regirnos.
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