¿Qué riesgos hay al depilarse la vulva?
Hasta me duele la pinche vulva nada más de ver otras depiladas
En mi práctica clínica suelo ver vulvas depiladas. Algunas de forma permanente, otras de forma temporal con rastrillos, ceras o químicos, pero solamente un par de pacientes han acudido específicamente a consulta médica para preguntar mi opinión respecto a este procedimiento popularizado.
Desde 1920 empezó a popularizarse en el ámbito médico esta práctica para atender partos, aumentando el riesgo de infecciones que lograron que a partir de 1980 se hiciera una técnica obsoleta. Fuera del ámbito obstétrico, para muchas personas, la depilación púbica se asocia con una percepción de aumento de la higiene y satisfacción con la apariencia.
En muchas mujeres, hay una asociación positiva con la depilación púbica y la estética en los trajes de baño, la feminidad, la limpieza y la comodidad. Esta percepción es personal y respetable; sin embargo, debemos tener información médica confiable para tomar una decisión respecto a los riesgos que existe con esta práctica.
El vello púbico sirve como primera defensa contra infecciones (virales y bacterianas) tanto de transmisión sexual como no sexual, tanto en vulva como vagina, además de cubrirla de irritantes y abrasiones (como las causada por toallas sanitarias desechables, perfumes, ropa ajustada etcétera).
En un estudio (Glass et al. 2012), se reporta que entre 2002-2010 hubo 11,704 pacientes atendidas en urgencias por lesiones genito-urinarias, es decir, un promedio de cuatro mujeres por día, y el 83 % involucraron el uso de un rastrillo. En otro estudio (DeMaria et al. 2014) reportó que el 60 % de mujeres que se depilaron presentaron al menos una complicación.
El uso de rastrillos/cera puede generar irritación, foliculitis (inflamación/infección del folículo del pelo), vellos encarnados o una infección secundaria a una laceración que puede causar abscesos.
Al dañar la microbarrera cutánea incrementa el riesgo de que penetren infecciones de transmisión sexual como el VPH (verrugas genitales) o poxvius (molusco contagioso), así como herpes y sífilis; sin embargo, recortar el vello de la vulva puede reducir el riesgo de contraer piojos púbicos.
En otro estudio hecho en 2017 (Schild-Suhren M et al.) se aplicó un cuestionario sobre la depilación vulvar tanto a pacientes con displasia o cáncer vulvar como a personas sin estas enfermedades. En el primer grupo hubo una clara asociación con la práctica de la depilación y el cáncer o displasia vulvar, en especial en labios mayores.
Recomendaciones para depilarse correctamente
Si a pesar de esta información, esta práctica continúa siendo una prioridad, recomiendo primero recortar con tijeras el vello antes de depilarse, remojar el área con agua tibia y usar jabón o gel de afeitar antes de hacerlo, probar en una zona pequeña cualquier producto para evitar una dermatitis de contacto, así como no compartir rastrillos.
Además, se debe rasurar suavemente en la dirección del crecimiento del pelo y no pasar más de dos veces sobre el vello en una zona; estirar ligeramente la piel (de hacerlo muy fuerte se pueden encarnar y causar laceraciones). Al terminar, lavar con agua y jabón y luego aplicar una crema dermatológica.
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