Por: Claudia Ovalle/She Can Ride
Encontrar amigas aventureras te cambia la vida
Antes de contarte los retos que vivimos como mujeres dentro del mundo de las dos ruedas, quiero explicarte por qué cada experiencia te atrapa con más intensidad. Quiero compartirte esa chispa que te enciende cada que arrancas a un nuevo destino, que conoces a una amiga aventurera o que logras alcanzar una meta que te lleva a la cima el autoestima.
Te pediré algo para que entremos en el mismo mood: ponte casco, guantes de piel, chamarra con protecciones y súbete a esta moto. Wait, no vas de copiloto, vas como piloto junto a mí en tu primera rodada. Imaginemos juntas que estamos en carretera, mientras pasamos bajo la sombra fresca de los pinos a los lados, oliendo ese aroma a bosque, con tierra húmeda, sintiendo aire fresco en el cuello, en las manos... Salimos de ese túnel de árboles y se abre un panorama amplio con mucho cielo, nubes y campos verdes con flores color rosa porque es época de lluvia.
¿Te gustó rodar conmigo ese pequeño tramo entre el bosque? Imagina una rodada al pueblito mágico más cercano, a la playa, a una laguna, a desayunar a un lugar muy icónico. Imagina que vas contigo, solo tú, tu casco y tus pensamientos entre viento y paisajes. A esto le llamamos también “terapia de viento”. ¿Por qué será? Te da una oportunidad única en este mundo de estímulos, para ir enfocada en ti y en tu camino, siendo consciente de tu momento presente.
She Can Ride es un movimiento global y una comunidad que busca empoderar a las mujeres a través del motociclismo, impartiendo cursos para que aprendan manejar desde cero, además, de organizar viajes colectivos y conferencias. Porque sabemos qué se siente viajar en moto y tener una tribu que te motiva a cada paso, conquistar metas en kilómetros y la satisfacción de romper con estereotipos siendo mujeres. Creamos algo que va más allá del motociclismo y lo lleva impregnado al mismo tiempo.
Nuestra bandera es la de la aventura, la sororidad y la libertad. Nos encanta sumar a más mujeres a este mundo porque queremos que prueben esta pastilla llena de magia, empoderamiento y dopamina que te expande la perspectiva a otro mundo. Otro mundo que vivimos en paralelo a quienes aún no lo descubren.
Eso es gran parte del por qué nos gusta el motociclismo, pero no para ahí. Una vez que decides entrar y te comprometes con desarrollarte aquí, conoces a cientos de mujeres que tienen ese espíritu libre, ganas de tomar acción, de decir que sí a cada locura que les propongas; como salir un día con gente que no conoces en persona para descubrir que era la familia que estabas buscando; como que a los tres meses de conocerlas te invitan a Veracruz a festejar la vida en tu primera rodada larga; o como que un domingo por la mañana te invitan a desayunar a Oaxaca y regresas al otro día.
¿Retos? Sí, claro, como motociclista que va aprendiendo y recorriendo caminos complicados, largos o días lluviosos; como mujer motociclista, cada que te encuentras con personas que se incomodan por verte ocupar este lugar, usando motos de todas las marcas, precios y tamaños con mucha seguridad, y recorrer kilómetros como letras en un diario.
Esto también es parte de por qué promovemos el motociclismo femenil. Queremos más mujeres retomando su poder, ocupando espacios y brillando. Queremos más mujeres sintiendo esa libertad, independencia y aventura en su máxima expresión.
Sobre la autora
Claudia Ovalle es fundadora de She Can Ride, una comunidad que desde 2019 se ha dedicado a empoderar mujeres a través del motociclismo. Ha capacitado a más de 400 mujeres a través de cursos de Iniciación y Control Urbano. Fue la única mujer latinoamericana patrocinada por la marca Royal Enfield para hacer un viaje a los Himalayas en la India y rodar entre las montañas para probar una nueva moto.
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