Por: Luz María León/Comando Colibrí
Queremos vivir, no solo sobrevivir
Hace años no hubiera imaginado todo lo que significa esta oración inspirada en la poeta negra Audre Lorde y que resume la apuesta política de Comando Colibrí: aprendemos a defendernos ante escenarios de peligro o agresión y le hacemos frente a la violencia patriarcal que criminaliza a las mujeres que se defienden mientras procuramos un proceso de autoconocimiento, lleno de goce, ternura, cuidados y sanación entre compañeras.
¿Cuántas no han sentido miedo de ser agredidas, desaparecidas o asesinadas por ser mujeres? Seguramente miles y miles de nosotras diríamos que más de una vez en la vida porque conocemos el contexto nacional y regional en el que vivimos, pero también porque nos enseñaron a tener miedo todo el tiempo. Eso resulta muy cansado, duro y doloroso, ¿cierto?
Nosotras sabemos que el asunto no es no tener miedo y tampoco tenemos que sentir culpa si lo sentimos sino identificar cómo se manifiesta en nuestro cuerpo y que sí tenemos opciones para analizar, prevenir o responder ante las violencias.
Una de las primeras cosas que se aprende en Comando, además de poner la guardia y dar golpes básicos, es a ser conscientes de nuestro cuerpo y escuchar lo que nos dice, al hacerlo podemos fortalecer nuestro músculo más importante: la intuición. Esa que nos hicieron silenciar desde que éramos niñas porque hacerle caso nos hacía ver caprichosas, malcriadas y “locas”. No se esperaba que rompiéramos con los estereotipos de género.
Así que sí, desobedecemos, nos rebelamos, abrazamos la locura y escuchamos a nuestra intuición, confiamos en nosotras y en lo que podemos, en la potencia que hay al conectar con nuestro cuerpo, sentirlo, reconocerlo, habitarlo, amarlo, cuidarlo y fortalecerlo.
La que puede, puede y la que no puede, la ayudamos a que pueda
Para sostenerse el sistema patriarcal y colonial necesita que las mujeres no sepamos defendernos o que creamos en la imposibilidad de hacerlo e igual precisa la competencia entre nosotras, la pérdida de autoconfianza y de las esperanzas. En cambio, nosotras decidimos luchar por nuestro primer territorio, nuestro cuerpo, en lugar de vivir en guerra con éste y hacer de la autodefensa integral una praxis política colectiva para transformar la realidad.
En un mundo que enaltece la individualidad, respondemos desde la radicalidad de la colectividad, el apoyo y el acompañamiento. Sin duda soñamos con que más mujeres, adolescentes y niñas cis y trans vengan a conocer esto en carne propia dentro del tatami, el espacio donde podemos caernos y levantarnos una y otra vez, sudar, gritar, llorar, reír y soltar por una hora y media toda la hipervigilancia en la que nos hacen existir.
En Ciudad de México o en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pueden venir a los entrenamientos permanentes y a sentipensar cómo crear condiciones para la justicia social y la utopía del Buen Vivir.
Sobre la autora
Luz María León es antipatriarcal, antirracista, artista marcial, periodista, filósofa y escritora de Spoken Word. Forma parte de Comando Colibrí desde 2017, es instructora del grupo de entrenamiento permanente en Ciudad de México y co-coordinadora de Comunicación y del Programa de Autodefensa Emocional y Acompañamientos.
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