¿Ser feminista y celebrar San Valentín es compatible?
Cada año, el 14 de febrero llega con un boom de flores, chocolates y declaraciones de amor en redes sociales. El Día del Amor y la Amistad o San Valentín es una fecha que celebra el amor, pero ¿es compatible con el feminismo?
Para algunas mujeres feministas, esta festividad puede parecer problemática, pues tradicionalmente ha reforzado estereotipos de género, ideas románticas poco realistas y un consumismo excesivo. Sin embargo, eso no significa que no podamos resignificarlo y celebrar el amor de una manera más libre e inclusiva.
El origen de San Valentín: de la historia al marketing
El Día de San Valentín tiene sus raíces en la antigua Roma. Se cree que la festividad está relacionada con San Valentín, un sacerdote cristiano que, según la leyenda, casaba en secreto a parejas en tiempos del emperador Claudio II, quien prohibió los matrimonios porque consideraba que los soldados rendían mejor en la guerra si eran solteros. Más tarde, la Iglesia Católica estableció el 14 de febrero como el día de su conmemoración.
Con el tiempo, San Valentín pasó de ser una celebración religiosa a una fecha comercial. Durante el siglo XIX, la popularidad de las cartas de amor y las flores creció en países como Inglaterra y Estados Unidos, y en el siglo XX, la industria del marketing lo convirtió en el fenómeno global que conocemos hoy. Actualmente esta celebración genera millones de dólares en ventas de regalos, cenas y experiencias románticas.
El amor romántico bajo la mirada feminista
Uno de los puntos en los que el feminismo ha puesto atención es el concepto del amor romántico. Desde pequeñas, las mujeres crecen con la idea de que encontrar pareja es una meta fundamental en la vida, y San Valentín refuerza esa creencia. El problema surge cuando este ideal nos hace priorizar relaciones de pareja sobre otros tipos de amor, como el propio o entre amigas.
Además, el amor romántico tradicional ha perpetuado desigualdades de género. Por mucho tiempo, se ha enseñado que las mujeres deben esperar ser conquistadas, recibir regalos y sacrificar su autonomía por una relación. También se ha idealizado la idea de que el amor verdadero todo lo puede, lo que ha llevado a muchas a justificar comportamientos violentos en pareja.
Sin embargo, el feminismo no está en contra del amor, sino de sus formas opresivas. Amar desde una perspectiva feminista significa construir relaciones sanas, equitativas y basadas en el respeto mutuo.
¿Cómo celebrar San Valentín desde el feminismo?
Si bien es cierto que San Valentín tiene elementos problemáticos, eso no significa que no podamos celebrarlo de una manera distinta. Te compartimos algunas formas en las que podemos resignificarlo:
Celebrar el amor en todas sus formas
El amor no se limita a las relaciones de pareja. En lugar de centrar la fecha solo en el amor romántico, podemos aprovecharla para celebrar la amistad o el amor propio. Un brunch con amigas, una carta de gratitud para alguien especial o simplemente un día de autocuidado pueden ser formas más inclusivas de festejar.
Liberarnos de la presión del consumismo
San Valentín ha sido muy comercializado, pero debemos recordar que el amor no se mide en regalos costosos. En lugar de caer en el consumismo, podemos optar por detalles significativos: una carta escrita a mano, un gesto de cariño o una experiencia compartida. Lo importante es que el amor no se convierta en una transacción material.
Cuestionar los mitos del amor romántico
No hay nada de malo en disfrutar de una cena en pareja o una película romántica, pero es importante cuestionar los mensajes que consumimos. ¿Nos muestran relaciones basadas en la equidad? ¿Refuerzan la idea de que el amor de pareja es lo más importante en la vida? Reflexionar sobre esto nos ayuda a tener expectativas más realistas.
Priorizar el autocuidado y el amor propio
Muchas veces, San Valentín puede ser una fecha difícil para quienes están solteras o han atravesado una ruptura. En lugar de verlo como una fecha para lamentarse por no tener pareja, podemos aprovecharlo para darnos amor a nosotras mismas. Un día de descanso, una actividad que disfrutemos o simplemente recordar nuestras propias fortalezas puede ser una forma poderosa de celebración.
Amar desde la libertad y la conciencia
Ser feminista y celebrar San Valentín no son conceptos opuestos, siempre que lo hagamos de una manera consciente y libre de imposiciones. No se trata de rechazar el amor, sino de vivirlo de una forma que nos haga bien, sin expectativas dañinas ni presiones externas.
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